Para volver
Coincidiendo, con mi estancia en el sur me acerco al Puerto de Santa María donde pasan unos días unos amigos cántabros (uno de ellos veremero para mas señas)
Acudo a este bar-restaurante, situado muy cerca de la ribera del marisco, que consta de mesas para picoteo enfrente de la zona la cocina y un comedor de pequeño tamaño, con cuatro mesas literalmente, sobre un recinto con el azulejo en la parte inferior típico de Andalucía sin figuras humanas y con fotos de famosos conocidos en la zona superior, pero que en esta ocasión están dispuestas de tal modo que no resulta que el insignificante es el comensal que acude.
Hemos disfrutado cuatro personas un abacanto (bogavante llamado por nuestra tierra) cocido, tal cual con excelente carne, generoso tamaño y con sus correspondientes y sabrosos huevas.
De plato un pargo al horno para los cuatro comensales en generosa raciones.
De postre dos optamos por tocino de cielo, un tercero tocino de cielo sobre base de queso fresco y el cuarto tarta imperial.
Se acompaño todo de sus correspondientes cervezas y de Waltraud
En conjunto, excelente materia prima no menos nivel en el punto de preparación y muy buenos postres.
Servicio del vino adecuado con sus correspondientes copas a nivel.