Buena calidad y servicio

Tras la visita la noche anterior a un local de bastante comer, pero con una calidad menor, opto por invertir los términos y busco una menor cantidad y una mayor calidad...

La ubicación del restaurante es muy céntrica, si bien se encuentra en una calle recogida situada entre el denominado Coso bajo y la plaza S. Miguel. La entrada se encuentra en una pequeñisima plazoleta en la que se sitúa la terraza del propio restaurante.

Entorno: Agradable y recogido. Quizá, si se está en la terraza (8/10 mesas), puede resultar un poco ruidoso, pues está próxima a una zona de marcha, lo que no debe ocasionar problema mayor a las horas en las que se cena y, menos aún, a la hora de comer. Un sitio muy limpio en todo caso y en donde se puede tanto hacer un picoteo serio, como una comida/cena contundente.

El cuanto al ambiente interno, el restaurante tiene, además de una barra agradable, una doble zona. Una especie de salón apartado, donde se pueden llegar a celebrar hasta algún evento (boda o similar -sobre 100 pax-) y una zona aledaña a la barra, pero separada de la misma por diversas cancelas, con 8/10 mesas, sin apreturas.

Servicio y Servicio del vino: bueno; diría más: bastante, bastante bueno. Camareros agradables y profesionales, buen servicio, rapidez sin agobiar; buenos tempos entre plato y plato. Todo ello acompañado con una buena presentación: mesas de madera con mantel y sobremantel (de hilo); sillas muy bonitas (madera con piel blanca) y de lo más comodo del mundo. Cubertería cruz de malta; platos y bajoplatos. En copas un poquito más regular, pero seguro que te sacan algo mejor si tomas un vino de la carta (bebí, de nuevo, cerveza.. cosas del bochornete veraniego).

Un buen detalle a considerar: estábamos en la terraza y se puso a llover -a diluviar- otra vez (por tercera vez seguida en lo que va de semana -es que tengo la negra-). Inmediatamente nos cambiaron de mesa al interior sin un problema. Muy amables en general.

En cuanto al vino, no pude ver como lo servían (al estar en una mesa de un rincón), y por ello no lo puntuaré. Pero tienen -lo sé por otras veces- una bodega interesante. Basta con ver la exposición de champañes que tienen en una vitrina -empiezas por el Cristal, sigues por el Krug y terminas en la otra esquina con un Salon-.

En cuanto a la comida: pues, aunque hay alguna buena carne -steak, chuletón..- la especialidad es el pescado (rodaballo, merluza pincho, bacalao) y marisco (desde la concha, berberecho, navaja y similar, hasta la gamba roja y el bogavante). Muy buen género, fresco y sabroso. Hay combinaciones varias en este punto (surtido de concha, surtido de plancha, etc).

Por nuestra parte, y dado que no había excesiva gana, todo fue un picoteo. Antes de ello, y como aperitivo de la casa, dos croquetas de marisco, suaves, cremosas y sabrosas.

Iniciado el picoteo por unos boquerones de buen tamaño. Perfectamente fritos.. suave enharinado, ligero. Muy ricos. Seguimos con unos berberechos de muy buen tamaño.. buena cantidad y ricos de sabor. Puntillas con padrón.. aquí falto un pelín de sal (ya alegró el tema uno de padrón), pero cabe repetir lo de los boquerones. Y, para finalizar, un carpacio de gamba blanca excelente. Hubiera seguido con el bacalao... pero no me acompañaron en la intención.

El pan, una sola modalidad, pero parecía recien hecho.. crujientito, bien dorado, daba gusto comerlo.

Todo ello acompañado, como he dicho, con unas cervezas (4) bien tiradas y a perfecta temperatura. No hubo postre ni cafés.

Todo ello por 53 euros/2 pax. Otra de las buenas cosas del sitio: el hecho de que se haya moderado de precio, pues una tiempos en que no fue así y el local exigía tarjeta oro. Mejor así; para todos.

El restaurante pertenece a un grupo de restauración que tienen otros locales en esta ciudad (ejemplo, Traguntúa, en la Plaza Santa Marta, cercano a la plaza del Pilar, más de lo mismo).

Y si es verano -y no llueve, claro- pues una buena copita (o dos) en las terrazas de S. Miguel, a 1/2 minuto; para ver y ser visto.

O por lo menos eso creía en tiempos de mayores ligues.

  1. #1

    G-M.

    Jasja, me has hecho ponerme nostálgico!
    Los Cabezudos, El Tío, Pedro Saputo, La Corrala.... y unas copas en las terrazas de San Miguel...
    Qué tiempos!
    Por cierto, que como han ajustado precios: lo que has pagado tú, lo pagaba yo ya hace 15 años!
    Un abrazo

  2. #2

    Joaquin1965

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Y un poco más allá, ese local, ese mito de todos los golfos zaragozanos que se precien de haber vivido como tales: el loro!!!. Que huevos fritos, con patatas y chistorra a las 8 de la mañana para poder llegar a casa; esos golpes en el portón de madera!!.

    Como bien dices, que tiempos!!.

    Y lo de los precios, pues muy bien... Y en el tragantúa igual. Y es que la "dolce vita" es cosa de otros tiempos.

    Abrazo.

  3. #3

    G-M.

    en respuesta a Joaquin1965
    Ver mensaje de Joaquin1965

    El Loro!!!!
    Adredediós la de noches que habré acabado yo ahí!!!!
    Antes fue la chocolatería de la c/Tarragona y antes la Venta del Conde.
    Y después uno que había saliendo hacia Teruel frente a una gasolinera...

    P.D.: macho, tú y yo nos hemos debido cruzar un millón de veces. El mismo año de nacimiento, la misma carrera, misma ciudad, igual de golfos...

  4. #4

    Joaquin1965

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Po zí ;-).

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