Fuimos a este restaurante por indicación de los dueños de la Taverna del Puerto también en el Grao, pues era lunes y ésta última estaba cerrada. El local está realmente muy bien, posee esa solera de los sitios que visitan los famosos, con una pared tachonada de imágenes y retratos de los que se han dejado ver por allí.
Para nuestro gusto la relación calidad precio está relativamente bien ajustada para los tiempos que corren. No obstante hay en la carta una descompensación entre precios y raciones rayano en lo demencial. En los entrantes pedimos unas almejas a la marinera y unas "espardenyes". Estaba todo exquisito pero con una escasez tan manifiesta que daba vergüenza ajena, máxime cuando por un plato con solo 6 almejas nos cobraron 22 euros y precio algo similar en les espardenyes.
Sin embargo los platos principales de pescado estubieron muy bien equilibrados. Por 18 euros tuvimos tanto un bacalao al pil-pil y un rape a la marinera realmente soberbios y de ración bastante aceptable. El bacalao quizá un poco demasiado cocinado pues su textura no estaba los suficentemente al dente como para notar el sabor de la salsa al comer el pescado. Choca mucho que un plato con bastante más cantidad cueste menos que la almejas. Los postres muy buenos, quizá también se pasaron algo en el precio como suele pasar con los postres en los restaurantes. El vino, un Viña Esmeralda. Un buen sitio con una calidad y servicio correctísimos pero con unos desequilibrios y precios entre platos dentro de la misma carta que no resultan equitativos.
Local ubicado en el Grao de Castellón, de corte clásico con decoración antigua, mesas y sillas de madera, con buena luminosidad y separación entre mesas. Cuidada vajilla, cristalería y cubertería, ofreciendo buena imagen. Las copas para el vino correctas.
En total tres comensales, consistiendo la comida en unos entrantes para compartir, cañaíllas (16.50€) frescas y buenas; nido de alcachofa con huevo (3 unidades, total 15€) sorpresa agradable; espardenyes (34€) como algunos pocos de la zona, muy ricas; langostinos (27,60€) frescas y de buen tamaño.
Como platos más consistentes, 1 solomillo a la plancha (18€) sabrosa, muy tierna y en su punto; 2 lubina a la espalda (38€), fresca y buena elaboración en cocina.
Los precios indicados figuran sin el IVA correspondiente.
En cuanto a la bodega la considero correcta, equilibrada pero sin grandes alardes. No se hizo uso por tener que conducir.
Todas las materias primas degustadas de buena calidad y bien elaboradas en cocina. Los platos resultan bondadosos.
Como postres se pidió un surtido que consistía en varias tartas de elaboración casera…muy ricas.
Al margen de los refrescos iniciales, se terminó con alguna copa y algún licor invitación de la casa.
El trato esmerado, correcto, atento y profesional.
Acogida y recepción más que adecuada, nos decidimos por un par de entrantes. Boquerones en su justo punto de frito con un piquillo. Mejillones correctos. El arroz a banda totalmente correcto. Mas Escorpí 2007 con ese puntito cítrico delicioso. Correcta RCP. Se puede parar y disfrutar.
Suspenso, en todos los sentidos, me ha decepcionado mucho este restaurante, menos mal que iba invitada!
Buen servicio y rápido, sin afectar por ello en la calidad de la cocina.
Como "pero", el precio excesivo para un comensal. Deberían cuidar estos detalles