Gran acierto

La zona peatonal está lena de restaurantes y cafeterás con mesas en las terrazas pero muy para guiris, con lo que tras experiencias anteriores en Milan, decidimos patera en calles más laterales para buscar un sitio para comer. Pasamos por la puerta y el aire acondicionado anunciado ya te hace girar la cabeza y encontramos un local muy bien decorado con horno de leña a la vista por lo que entramos de cabeza. Más de la mitad lleno y eso que era pronto (porque el tren salia a las dos y cuarto), sentados los siete sin apreturas lo que ya es novedoso, con unas olivas al centro con un aceptable pan y un aceite potente y amargoso: Fattoria del Torcuato, se hizo más soportable la espera de la comanda.

Carta con muchas opciones no solo de pizzas (con y sin tomate, calzones...), sino de pastas, de carne y de pescados del lago y no lago. también buena variedad de vinos blancos, espumosos, tintos, rosados y hasta frizzante. Buen servicio de copas, platos, cubiertos y atencion en general.

Unas ensaladas de tomate cherry y queso de bufala con albahaca muy buenas y 7 pizzas variadas comentadas como buenas, de pasta nuy fina, generosa ración. Otros dos optamos por lubina a la sal: extraordinaria, muy jugosa, toda preparada en directo y sin espinas.

Aparte de alguna cerveza de presion a la entrada y agua, nos fuimos a blancos: un frizzante de pinot noir elaborado como blanco: Pinot Nero Oltrepo Pavese y leugo un gewüztraminer Zemmer 2011 del Alto Adige.

No hubo postres ni cafés porque salimos casi corriendo para coger le tren de regreso a Milan. Una pena porque el sitio merecía un poco más de conversación, un café y algún tiramisú con un moscato.

Lugar muy recomendable para salir de la terraza y del lambrusco fresquito con pizza de microondas.
Y segurame nge más barato.