Planificación de cena romántica para el fin de semana y ganas de tirar a la zona de La Latina; aprovechando una oferta de un conocido club gastronómico reservamos en este recoleto restaurante siciliano (el único de Madrid, según publicitan) ubicado en la calle Segovia...

Local: un local pasillero que desemboca en una salita (10 mesas a lo sumo) decorada con tipicismo rústico, con preponderancia de la madera; ladrillo y piedra vista en las paredes. Fotos de personajes de la imaginería italiana (Vito Corleone!) y de paisajes costeros sicilianos. Acogedor y romántico, íntimo, ideal para nuestros propósitos. Cuentan con una pequeña terraza (3 mesas).

Comida: pedimos 1 entrante a compartir, 2 principales y postre para compartir. Esta fue la comanda:

Pan: rebanadas de pan de pistola aliñadas con aceite de oliva y orégano, correcto sin más. No lo sirven por defecto pero no lo cobran.

Aperitivo: dos pequeños canapés con mortadela siciliana y buen aceite de oliva, muy ricos para comenzar.

Entrante:
- Spaguetti al nero di sepia con alcaparras, tomate seco, champiñon fresco, ajo, bacalao desmigado y almejas. Entrante compartido, emplatado individualmente con el resultado de 2 buenas raciones; la pasta impecable, al dente y muy sápida, magnífica la conjunción en boca de todos los ingredientes, destacando un par de almejas de muy buen calibre y el bacalao perfectamente desalado. Un 8.

Principales:
- Pizza caprichosa: con jamón y champiñones frescos, hecha al horno de piedra. Masa fina, perfecta en su punto de cocción, y con ingredientes frescos y abundantes. Convencional pero muy rica, un 6,5.

- Pizza rustica: sin tomate, con patata, trufa rallada y cebolla, aliñada con aceite de oliva. Deliciosa, con un intenso sabor a trufa y sorprendentemente ligera a pesar de los ingredientes utilizados. Un 7.

Postre:
- Degustación de postres italianos: por una parte, una porción de tiramisú y, por otra, dos montoncitos de ricotta dulce con cannolos. El tiramisú, básicamente, el mejor que he probado; mascarpone y nata en densa conjunción y perfecto punto de dulzor con un bizcocho empapado lo justo de café y un suave toque licoroso, todo ello espolvoreado de fino cacao. Riquísimo. El postre de ricotta, también genial: dulce y denso queso ricotta con bolitas de chocolate y unos cannolos de galleta idóneos para rebañar la crema; toques cítricos, avainillados... también genial. Postres (los dos) de 9.

Bebimos vino por copas (un magnífico tinto siciliano cuyo nombre no recuerdo), a cuatro euros (x3); también un moscatel para el postre (tampoco apunté el nombre y estaba exquisito) a 5 euros y una botella de agua (medio litro 3 euros). Las copas maluchas y el servicio del vino (por lo que pude observar) consistente únicamente en el descorche.

El total pagado fueron 48 euros (con un descuento del 30% por ciento), lo qaue a mi entender constituye una buena RCP. Ofrecieron invitación a chupito de lemonchello que desestimamos por querer recogernos tempranito...

Lo mejor: servicio impecable (todos italianos), atento y solícito pero sin llegar a agobiar en ningún momento. Alta escuela y prestancia con un muy buen hacer en sala, perfecto. La comida y una más que correcta RCP con el descuento obtenido.

Lo peor: pues nada me viene ahora mismo a la cabeza salvo cierta insistencia por parte del maitre para que tomaramos como entrante la burrata fresca (visto lo visto, quizás tuvimos que hacerle caso)... definitivamente, nada reseñable salvo cierto sobreprecio en los vinos por copas.