Después de nuestra visita veraniega nos habíamos prometido volver. Han quedado cosas que probar en el tintero y con las ganas es malo quedarse. Viernes noche, además noche de perros, frío, incluso en Bilbao y agua, mucha agua. Al parecer los "ángeles" deben tener una tremenda depresión y no paran de llorar.
Tres cuartos de entrada en el pequeño pero bien amueblado restaurante.
Nada más entrar y como si de toda la vida nos conociera, nos recibe Marian, sin lugar a dudas una de las mejores atenciones que hemos recibido nunca. Amabilidad a diestro y siniestro y nada de superficialidades, no. Naturalidad cien por cien.
Nos acerca las cartas pero yo hay sitios donde sé lo que hay que hacer, si ellos no saben lo mejor que pueden ofrecernos......
Antes de nada elegimos vino y como la vez anterior salimos encantados pues repetimos. Valdesil.Godello sobre lías esta vez es añada 2012 y teníamos noticias de que igual no estaba a la altura de añadas anteriores pero a mi me ha vuelto a enamorar. Nariz muy intensa y en boca se muestra serio, con acidez marcada, con largo trago. No creo que este inexperto bebedor fuese capaz de diferenciarlo.
En la mesa ya tenemos dos panes muy ricos, crujientes, como recién horneados.
Como aperitivo nos sacan Croquetas de carne cuatro bolitas que se deshacen en boca. Sabrosas de ganas. Con materia en el interior, el punto de sal que me gusta y esa masa cremosa. Excelentes.
Comenzamos con Sopa de pescado, a esto no lo llamaría yo sopa, es una crema en toda regla. Espesa, acompañada de una almeja de buen tamaño y un buen trozo de atún. Puro sabor. Hoy el cuerpo pide algo así para atemperarlo. Hay veces que faltan palabras para describir algunos platos. Yo suelo repetirme y no me importa: co-jonuda.
Salmón ahumado con alioli emplatado individualmente de nuevo. Miguel nos había recomendado pedirlo y no ha hecho falta pues ha sido un menú a su "libre albedrío" y allí que nos lo han presentado.
No te preocupes Miguel, yo también puedo asegurar que es uno de los mejores salmones que he comido jamás. Producto puro, calidad superior. Sin tonterías. Aceite rico y el alioli presentado en cuenco separado. Este plato es de matrícula de honor, sin duda. Excelente, supremo. Así da gusto. Tres hurras por los cocineros.
Pimientos rojos asados como andamos en plan degustación, nos sacan cuatro pimientos enteros. Con una base de buen aceite de oliva. Volvemos a comprobar que en este restaurante el producto es sensacional. Ricos, pero que muy ricos.
Taco de atún sobre cebolla pochada dos medias raciones de un excelente pescado. Mi chica que es más de "medio hacer" dice que le sobra un poco de punto. A mi me parece que este plato tiene que ser así. Es uno de mis favoritos sin duda. Bien sellado en su parte exterior y poco hecho en la interior. Acompañado de unas guindillas que le dan un ligero toque picante pero muy suave. Siento repetirme hoy pero producto, producto de calidad y sabor, mucho sabor.
Carrilleras al estilo de "siempre" el título es un poco de cosecha propia pero es que son así. Con sólo ver el color uno ya se imagina lo que va a ser en boca. Explosión de sabor. Carne perfecta de punto y textura. La salsa ha hecho que la "cocinera" que me acompaña en mis andanzas (es madre y como buena madre es también buena cocinera), me haya dicho que ese plato tiene que tener algún truco. Que como demonios se puede conseguir semejante salsa. Después de una larga charla con Aitor, el cocinero, se ha dado cuenta de que el verdadero truco son horas y horas de trabajo. Horas de trabajarlas, de sacar de ellas lo mejor que pueden darnos. Otro plato para quitarse gorros y txapelas. Un aplauso para la cocina.
Acompaña al plato un puré de patata fino, muy fino y con sabor a patata, a nada más.
Aunque hambre precisamente no hay, algo dulce habrá que comer y nos aconsejan Torrija, mira que me gusta a mi este postre y mira que lo como en cuanto tengo ocasión. Pues vuelta a lo mismo, muy rico, dulce pero sin resultar pesado. Dos medias raciones que nos dejan un sabor de boca maravilloso en una de las, sin duda, mejores cenas que me he metido yo en tiempo.
Un cafecito rico y al pedir algún vinito para rematar la faena, nos saca un Porto Rozes, reserva especial. Yo no soy el más indicado para valorar este tipo de vinos. Soy de otras cosas y no me van. Mi chica se ha bebido el suyo y el mío y ha dicho que está de puturrú. Como han visto que no me hacía mucha gracia a mi me han sacado un PX que es más de mi agrado.
Pues señores y señoras, les recomiendo encarecidamente que si pasan por Bilbao este sea uno de los restaurantes elegidos, hay más y muy buenos pero aquí van a comer bien, muy bien y no van a dejarse la herencia.