Gracias Miguel

Después de leer el comentario de Miguel y sabiendo que es un tío de buen comer, nos hemos animado a visitar este céntrico local de la capital bizkaina.
Habíamos cenado en él pero hace ya unos años y yo tenía en mente sus txerripatak (manos de cerdo). Para ser julio y noche, el local tiene una medio lleno que no está nada mal.
El local tiene 9 mesas con correcta separación, buen tamaño, buenos manteles y vajilla y copas schott. Un par de correctos trozos de pan.
El buen rollo con la jefa de sala ha sido inmediato y como nadie mejor que ellos saben lo que mejor hacen, nos ponemos en sus manos sin echar ni medio vistazo a su carta.
Una tía encantadora que después hemos sabido que fue nombrada mejor jefa de sala por la Academia Vasca de Gastronomía en 2003 cuando trabajaba en el Goizeko Kabi de Bilbao.
De aperitivo nos han sacado unas croquetas finísimas, muy ricas.
Hemos empezado con una Ensalada de tomate y cebolleta un señor tomate, con una "carne" sabrosa y un aliño perfecto, como dice mi chica, el "solomillo de la huerta".
Después media ración de Antxoas fritas con guindilla y ajos hacía tiempo que no las comía así, qué recuerdos de antaño. Muy buen producto.
El plato estrella de la noche sin duda ha sido el Huevo poché con pimientos rojos simple y llanamente espectacular. Los he comido ricos, muy ricos y las comparaciones suelen resultar odiosas pero si no ha sido el mejor sí que tengo que colocarlo en mis platos para el recuerdo sin lugar a dudas. Co-jonudo, ni más ni menos.
De plato principal hemos pedido una ración de Bonito al horno emplatada individualmente en dos medias raciones que aún así resultaban generosas, un pescado que está en temporada y se nota. Muy buen producto, jugoso, con el toque ideal de picante, estupendo.
Los de la mesa más cercana han pedido cangrejos y mis cinco sentidos han sufrido un impacto. Así que como uno es un puñetero envidioso y por si no puedo volver otro día, le he dicho que si me puede sacar uno para probar. Dicho y hecho.
Cangrejo en salsa bizkaina dios mío. Ha sido un flechazo. El animal no es más que una simple excusa para chuparme los dedos una y otra vez con una salsa de las de quitarte el sombrero y pedir que salga el cocinero para darle un par de besos. Si vuelvo me pediré una ración y media hogaza de pan y después daré un par de vueltas al ruedo en hombros. Impresionante.
Para refrescar un helado que no recuerdo de qué era exactamente pero de la heladería de Santutxu, la que conoce Oscar y que ya hemos tenido la oportunidad de catar en alguna ocasión. Rico-rico.
Un cortao muy bien hecho y una copita de PX Robles un estupendo PX, nada empalagoso, denso y con el sabor característico a pasas y miel. Temperatura ideal.
Toda la cena la hemos regado con un Valdesil Godello sobre lías un vino que me ha gustado mucho. Muy fresco, aunque no tiene una nariz demasiado marcada, tiene una correcta acidez, un toque muy frutal y una estupenda persistencia en boca que me deja ligeros toques a fruta madura. 18 euros que me parecen un buen precio.
Como no había mucha presión, el servicio del vino ha sido muy bueno, con presentación, dado a probar, explicado, rellenado de las copas en todo momento y con una temperatura ideal.
Pues gracias Miguel por haberme vuelto a la vida a este restaurante que Aitor y Mirian han relanzado hace poco más de un año y que espero que tengan el éxito que merecen pues lo hacen muy pero que muy bien.