Nos agenciamos este ron venezolano puesto que me hizo gracia ver que se elabora bajo el sistema de soleras, como los bandys, lo cual me resultó muy curioso. Viene en una bonita botella de forma tronco-cónica truncada invertida, con el tapón lacrado granate, y con una etiqueta frontal en donde se muestra un grabado con la vieja hacienda Santa Teresa en 1.796. Tuvimos la botella unos 25 minutos en la nevera hasta que alcanzó los 11°C para su valoración. Servimos en vaso corto.
VISUAL: Precioso color, subido de tono, ocre yendo hacia el ambarino oscuro, con reflejos rojizos, muy brillante e intenso. Su lágrima es abundante, fina y transparente (95).
OLFATIVA: Encontramos notas claras de caramelo, de melaza de caña, así como apuntes especiados de canela, vainilla y nuez moscada. Al rato asoman los frutos secos con recuerdos de avellanas tostadas, nueces y con el dátil bastante marcado. Incluso aparece algo de fruta escarchada, de orejones, pero con el caramelo de fondo, realmente protagonista. Por último percibimos los aportes de la crianza, el roble insinuante y delicado. De intensidad media-alta (91).
GUSTATIVA: Hay notas de miel de azahar, con matices cítricos de caramelo de naranja y con toques de frutos secos tostados. Muy cremosito, de textura untuosa y tacto muy amable en su paso por boca. En retronasal asoma un punto ahumado junto a la fruta escarchada una vez más. Y en el post-gusto es donde la madera se potencializa, con el roble marcado, de cierta astringencia incluso, y con el grado alcohólico notorio. Finalmente intuimos los recuerdos de dátil una vez más, aunque es la madera la gran protagonista. Nos alegramos mucho de haberlo probado, magnífico ron venezolano elaborado por el sistema de soleras (93).
La RCP pese a costarnos 39 euros me parece muy buena.
MARIDAJE: Como de costumbre nos hemos ido tomando este delicioso elixir en varias sobremesas, acompañando chocolates variados y buenos cafés. Delicioso!
VIDEOCATA: https://youtu.be/_uqQn7bQkw0
Salud-os!!
un ron venezolano hecho como el envejecimiento en barricas de xerez.
Precioso e color, buenos aromas con una nariz compleja; en boca destaca ese amielado de naranja con unas maderas nobles acoñacadas.
Una delicia para la sobremesa.
Un ronsito añejo de los más agradable.
A la vista presenta un color ambarino tomado con destellos marronáceos y anaranjados. Transparente y brillante.
La nariz es cautivadora, con esos tostaditos, esa naranja escarchada, esa miel neutra y un delicioso coco, que al final se apodera de la fase.
En boca tiene una entrada dulce, tipo Cointreau, pero al paso sale la fuerza del ron, tamizada por esa excelente destilación. Parece que va a arder, pero sale dejando una agradable sensación balsámica, mentolada.
Laaaaaaaaaaaaaaaaaarguísima esa sensación de mentol.
Un ron que por su fabricación debería de gustar (y distribuirse más) en España más acostumbrados al envejecimiento de soleras y su agradable sensación de madera noble.
Agradable punto de ron dulce, maduro, como miel con naranja, intenso con buena persistencia
Un ron que no había probado y que la primera vez me gustó y luego no había tenido nueva oportunidad.
Tiene un punto de miel y naranja (habrá que probar la versión de naranja-naranja) que lo hace diferente y a la vez interesante.
También son destacables las maderas nobles tendiendo hacia el cognac por las soleras, el punto de amielado y la menor sensación alcohólica, aunque los grados ahí están.
Una elaboración propia del Jerez y brandys aplicada al ron, para conmemorar los 200 años (1996) con un gran resultado.
Color ámbar rojizo con reflejos dorados, buena e intensa lágrima. En nariz con gran intensidad hay aromas amielados, fruta confitada, chocolate negro, vainillas dulces, tabaco y cuero de forma bien estructurada y compleja. En boca tiene gran cuerpo, predomina los amielados sobre un fondo de naranja y tostados, ahumados, goloso, redondo, complejo. Precio 30-32€.
Una copa para disfrutarla durante un buen rato.