La primera vez que lo probé no me gustó, demasiado suave, daba la sensación de estar
aguado. Pero al darle una segunda oportunidad la cosa cambia. Está claro que está en las
antípodas de un Islay turboso.
Se parece más a un bourbon que a un escocés y no es de extrañar porque comparte frontera con los primeros. Su característica principal es su suavidad con notas a frutos secos, miel, flores, vainilla, ligeramente dulzón, y bastante redondo en general con el alcohol muy bien integrado.
Es un whisky que puede no gustar por ser demasiado suave y por eso tal vez no encandile a la primera, en mi opinión es bastante recomendable y tiene una buena relación calidad precio.
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