Es un licor muy distinto a lo que hasta ahora había probado, se sirvió tanto muy frío en catavinos como en vaso corto con hielo, la intensidad aromática es tal que permite la adición de hielo sin que pierda aromas.
Su color es cristal de color ámbar, muy denso debido al azúcar.
Su aroma es caramelo de café con leche muy intenso e intensas notas a humos e incienso, frutos secos, conforme se va calentando salen notas alcohólicas, por ello es una interesane opción la adición de hielo.
Su boca es tremendamente peligrosa, dulce y envolvente, la persistencia es tremenda, me hace soñar con los caramelos de piñones de un duro de mi adolescencia.