He de reconocer que hasta hace poco tiempo jamás pense que una bebida como el Tequila podía aportar tanto placer al gusto y al olfato. De los que he probado hasta ahora el Herradura Reposado bate al resto por holgada goleada. Su paso por barrica lo hacen casí un Tequila Añejo, pues sobrepasa con creces el límite mínimo de tiempo fijado por la regulación del Terquila para ser considerado como resposado. En vista tiene un precioso color dorado ambarino y ya nada más acercar la nariz es toda una explosión de aromas, coco, vainilla, canela, frutos secos y un fondo de agave cocido con abundantes notas especiadas que te inundan y que se trasladan una vez probado a la boca, con un paso aterciopelado, sedoso, el alcohol apenas se nota (pese a sus 40º)que deja un agradable gusto y un recuerdo tan grato que invita a un nuevo trago. Excelente Tequila, se puede combinar, aunque es también una delicia sólo.

Uno no debería acercase a DRC sin antes completar un duro peregrinaje. Para llegar al Seleccion Suprema, uno debiera primero purificar su alma en llamas y atormentar el espiritu renunciando a los mayores placeres del mundo. Todo con el fin de alcanzar, de merecer, este tequila sublime.
Catado en copa de champán, que favorece muchísimo la expresión aromática de los tequilas. Es una vorágine de frutos secos tostados, vainilla, canela, flor de azahar, gardenias, mantequilla, bourbon, y con una exquisita presencia del agave cocido, que se funde con fantásticas notas de cítricos en el final de nariz. La potencia y definición de este tequila es de ensoñación. En boca se desliza con gran elegancia, el alcohol perfectamente integrado, y va dejando sensaciones de maderas aromáticas, fruta amarilla, vainilla tostada, y en el retronasal estallan de nuevo esos cítricos que parecen de perfumista.
Por este Selección hay que pagar lo mismo que por un Cirsión. Y hay que compartirlo con los mejores amigos, no por su precio sino por su belleza.