Un descubrimiento. Adictivo.

Azul turquesa turbio y opaco. Curioso.
Nariz de media intensidad. Una sinfonía de frutas tropicales invade la paleta aromática con toques de mango, fruta de la pasión, naranja, recuerdos herbáceos, especias. El poco alcohol que tiene está perfectamente integrado.
En boca es una delicia porque no resulta nada dulzón, tiene un interesante toque ácido y un delicioso final donde vuelven esas frutas tropicales y cítricas. De trago largo y persistente es una delicia tomado solo, muy frío y con unos hielos picados. Resulta adictivo.
No soy muy amigo de estos licores "artificiales", pero cuando probé este (me lo descubrió Rafa Luque) ya me causó una grata impresión que acabo de corroborar comprando una botellita, que dicho sea de paso es muy curiosa y de "diseño". Cuesta 27 euros, es algo caro, pero está realmente bueno. Ideal para después de una cena en una terraza de moda…