Nos hemos traído hasta Ecuador esta botellita de un Glenlivet que todavía no había probado. Viene dentro de una elegante caja azul celeste con la efigie del fundador de la destilería George Smith grabada en ella así como su firma en grandes letras manuscritas, pues esta edición especial se hace en memoria de su persona. Tuvimos la botella en la nevera y la sacamos con el whisky atemperadito a 10.5°C para su valoración.

VISUAL: Tiene un bonito color ambarino con reflejos dorados, limpio y cristalino. Presenta una lágrima fina y transparente (93).

OLFATIVA: En primer término asoman apuntes florales de lavanda y frutales de albaricoque. Al rato encontramos notas de caramelo líquido, de almendras crudas, de pastelería (crema inglesa) y a galletas danesas. De fondo aparecen especiados dulzones avainillados así como sutiles notas amaderadas. De intensidad media-alta, es poseedor de una gran complejidad (91).

GUSTATIVA: Presenta un ataque potente, gran amplitud y cierta salinidad. Paso por boca seco y ligeramente astringente con aromas retronasales de vainilla y caramelo. Post-gusto frutoso con recuerdos cítricos de corteza de limón, apuntes amaderados y un final dulzón muy elegante con notas de manzana caramelizada, de las de la feria de toda la vida... Persistencia de dos minutos y 40 segundos. Un whisky delicioso, de cuerpo medio y mucha sutileza (91).

La RCP la considero excelente. Difícil encontrar whiskies de esta calidad por poco más de 25 euros.

MARIDAJE: Nos lo tomamos en varias ocasiones, pero destacaré dos maridajes: Con un café expreso y un helado de mandarina y otro día con un chocolate blanco con cookies y otro café expreso. Con el helado de mandarina fue todo un descubrimiento, notas cítricas jugueteando por ambos lados. Y por supuesto, siempre es una delicia tomar sorbitos de un buen single malt escocés  acompañados de un intenso café de máquina (este caso era café de las Galápagos), pero con el chocolate es donde me pierdo, cualquier chocolate, fantástico!!

Salud-os!!