Nos trajimos desde España este singular whisky escocés, un Highland single malt con espíritu Islay pues se elabora con un 80% de malta tostada con turba. Bonita presentación, en caja cilíndrica, con una etiqueta blanca en donde aparece un águila dorada. Nos servimos en un vaso corto y como de costumbre le añadimos un cubito de hielo el cual retiramos cuando alcanzó los 10°C para su valoración.

VISUAL: Color amarillo miel con reflejos dorados y verdosos. Presenta abundante lágrima de grosor medio y transparente (87).

OLFATIVA: En primer término encontramos aromas a miel de azahar y frescos herbáceos de grama húmeda y manzanilla. Asoman al rato recuerdos cítricos a corteza de naranja y también de almendras crudas. Continúan los florales de jazmín, notas especiadas de canela y vainilla con unos sutiles apuntes de pimienta blanca. Al final un toque ahumado proveniente de la turba, muy interesante. Intensidad media-alta y buena complejidad (90).

GUSTATIVA: En boca es un whisky a medio camino entre la juventud y la madurez. Cremoso y amplio, con un retronasal herbáceo y floral. En el post-gusto surgen las notas de turba, el puntito especiado picantito y un fondo de caramelo tofee muy agradable. Persistencia de tres minutos y cinco segundos muy placenteros. Un buen Highland, con un atípico toque ahumado. Se bebe con placer, ese puntito que le da la turba en el malteado es sensacional (89).

La RCP la considero muy buena pues cuesta menos de 25 euros.

MARIDAJE: Nos lo hemos tomado en varias ocasiones, acompañando un poco de chocolate con almendras o después de un buen café expreso. En ambos casos delicioso.

Salud-os!!

Aroma con notas Salinas (yodo) y turba fuerte. Boca potente, turboso, seco, redondo e intenso, elegante.