Aunque la imagen de Mallorca está desde los años ’60 muy ligada al boom del turismo, la realidad es que a lo largo de toda su historia la fuente tradicional de riqueza fue siempre la agricultura, con los tipicos cultivos del Mediterráneo (cereales, almendras, olivos, vid) como máximos exponentes.
La viña fue seguramente introducida en Mallorca tras la invasión de Roma en el 121 A.C. Posteriormente, los árabes mantuvieron en mayor o menor medida este cultivo y en el siglo XIII, a partir de la conquista de la Corona de Aragón, tuvo una época de expansión. A finales del siglo XIX tuvo su máximo esplendor, coincidiendo con la plaga de filoxera en Francia, y de hecho en 1891 salieron de la isla más de 50 millones de litros de vino hacia el exterior. Ya en el siglo XX, ha tenido sus altos y bajos, para ir encaminándose cada vez más hacia el vino de alta calidad.
En 1931, y a sus apenas 28 años, el joven e inquieto José Luis Ferrer Ramonell, tras haber estudiado ingeniería y enología, funda la bodega que aún hoy lleva su nombre. Actualmente sigue propiedad de la familia, en su 4ª generación.
La ubicó en la bonita villa de Binissalem, de gran tradición vinícola, y con unas condiciones de terrenos (de tipo pardo-calizo), altitud (de 75 a 200 metros) y climatología idóneas para el cultivo de la vid (media anual de lluvias de 450 mm y protección de la Serra de Tramuntana).
En 1991 se obtuvo la ratificación de la D.O. Binissalem- Mallorca, comprendiendo los municipios de Binissalem, Santa María, Consell, Sancellas y Sta.Eugénia, de donde proviene la uva para elaborar los vinos: las variedades Mantonegro y Callet para los tintos, y Moll o Prensal Blanc para los blancos, todas ellas autóctonas. También están autorizadas otras variedades internacionales para elaborar coupages.
A dia de hoy la bodega José L.Ferrer cuenta con más de 95 hectáreas propias en los mencionados municipios y elabora aproximadamente unos 800.000 litros de vino por año, repartidos en un 65% de vinos tintos, un 20% de blancos y el restante 15% entre rosados, dulces y espumosos.
Se presentan en 4 lineas bien diferenciadas:
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