Por Dios, qué bicho más feo. No sé que será peor comerse un sapo o la viscosa lamprea. Esto de entrada. Nunca he tenido el gusto de saborear el espécimen, algún día, Dios mediante, si Dios quiere, que sí querrá, pues no veo inconvenientes, la probaré y seré capaz de disfrutar como lo has hecho tú. Me ha gustado mucho tu exposición, como siempre. Tuyo,
ISI.