Por eso, por eso...
Desde luego, se trata de una experiencia de las que se recuerdan. Pero fíjate que me impresionó más esta vez que las dos anteriores que la probé. Teresa sin embargo, quedó tan marcada de la anterior vez, hará como 20 años, que no quiso ni siquiera probar un poquito. No hubo manera.
Mis hijas sí, las "medio-obligué" y, curiosamente, no les gustó, pero tampoco les asqueó.