Eso da para un hilo, un post de blog o un artículo en un periódico nacional, Fer.
Es que es verdad oye, ¿qué pasa con los tomates?
¿Dónde quedó su sabor? ¿Dónde quedó su esencia?
Un niño de 10 años... ¿ha probado alguna vez un tomate de verdad en su vida? ¡Quizás no!
No hay manera, voy probando por todos lados: que si raff, que si kumato, que si valenciano, que si pata negra, que si rosa, que si Perelló, que si Benicarló, que si Barbastro, que si criados en arena de playa, que si... ¡NADA!
El único tomate bueno que me he comido últimamente fue en Zangandez, un pueblo de Burgos de donde es originaria mi familia paterna. Me lo dio mi prima Arantxa recién cogido de su huerto. Ostiás tú, qué sabor! El de antes!
Abrazos