Una cerveza mezcla de cerveza joven (33%) con una más vieja (66%) que se deja reposar en barricas de roble que se utilizaron previamente para almacenar vino tinto, típica de Flandes. Color marrón rojizo, caoba, con espuma densa beige, que desaparece enseguida. En nariz aromas afrutados- En boca tiene un sabor acre, afrutada, cítrico, asidrado y recuerda a un vino. Tiene mucho cuerpo y su sabor y olor se asemejan más al de un vino tinto que al de una cerveza. Muy distinta a la gran mayoría. Es curiosa, deliciosa y muy refrescante. Curiosa

     Desgraciadamente, tiene más detractores que partidarios : pertenece a la familia mal amada de las cervezas agrias como la lambic y la roja de Las Flandes. Es un desafío intentar definir precisamente sus aromas : notas de parqué bien encerado, cerezas agrias, pacharán, compota de tomates verdes, botas de vinagre balsámico. Cubierta por una fina capa de espuma amarfilada, en boca no se parece a nada conocido : a medio camino entre un vino con acidez volátil elevada y una cerveza de escasa carbonatación, nos da una vaga idea de lo que fueron las famosas porter del siglo XIX. Sea como sea, una pura delicia con salmón marinado en salmuera, fettuccini y queso stilton.

     Malheureusement, elle a davantage de détracteurs que de partisans : elle appartient à la famille mal aimée des bières sûres comme la lambic & la rouge des Flandres. C'est une gageure d'essayer de cerner precisément ses arômes : des notes de parquet bien ciré, de cerises aigres, d'eau-de-vie de prunelles, de compote de tomates vertes, de tonneaux de vinaigre balsamique. Surmontée d'une fine coiffe de mousse ivoire, en bouche elle ne ressemble à rien de connu : à mi-chemin entre un vin à l'acidité volatile élevée & une bière de faible carbonatation, elle nous donne une vague idée de ce qu'ont été les fameuses porter de la fin du XIXème siècle. Quoi qu'il en soit, un pur délice avec du saumon mariné en saumure, des fettuccini & du stilton.

     Botella de 75 cl. con tapón de corcho. Considerada por los aficionados como una de las mejores cervezas del mundo, puede desconcertar a los neófitos a causa de su sabor agrio, que recuerda a la cereza, y de sus notas balsámicas. Su crianza en barricas de roble le confiere toques avainillados. De color caoba rojizo, esta cerveza oscura, casi vinosa, tiene un gran carácter y mucho cuerpo. Su espuma amarillenta, abundante, delicada y cremosa, perdura y conserva una consistencia similar a la de la clara de huevo batida a nieve. Difícil de encontrar, totalmente envuelta en papel metálico y, en cierto modo, rodeada de misterios, una botella de Rodenbach Grand Cru de gran tamaño puede convertirse en objeto de la codicia de todos los coleccionistas. De todas formas, se acopla muy bien con platos belgas : waterzoï y carbonada flamenca. ( PVP : 5,80 € )