Realmente algo excepcional
Cinco meses después volvemos a catar esta excelente cerveza trapense que se elabora desde 1884 en la fábrica de cerveza de Koningshoeven, en el terreno de la abadía cisterciense de Nuestra Señora de Koningshoeven. Abrimos el botellín de 33 cls y lo dejamos descansar unos 15 minutos hasta que alcanza los 11°C.
VISUAL: Presenta un color cobrizo amarronado con tonos caoba y de ligera turbidez. Espuma marfil poco persistente con las burbujas entre pequeñas y medianas (94).
OLFATIVA: Los primeros aromas son torrefactos, con apuntes de caramelo quemado. A continuación encontramos notas de chocolate, fruta escarchada, uvas pasas, especiados de pimienta blanca, lúpulos y levadura, un toque cítrico a corteza de naranja, almendras amargas, fruta con hueso (albaricoque) y un final tostadito y dulzón muy agradable. Espectacular complejidad de intensidad media-alta, asombrosa (94).
GUSTATIVA: Una vez más es en boca en donde muestra todo su potencial. Su cremosidad nos inunda el paladar, con el carbónico perfectamente integrado y el grado alcohólico notorio en cada sorbo. Retronasal delicioso, con apuntes tostados, recuerdos de caramelo, uvas pasas, almendras amargas, café torrefacto y chocolate negro. Persistencia de casi cuatro minutos, algo inusual en una cerveza. Es realmente algo excepcional y por ello es reconocida como una de las mejores. No cabe duda que en su elaboración se han utilizado materias primas de la más alta calidad pues el resultado es asombroso. En el podio sin duda, entre las mejores (96).
La RCP la mantengo en excelente, cuesta mucho menos de lo que vale.
MARIDAJE: Una vez más la quisimos tomar sola para saborearla como se merece. Genial!
Salud-os!!
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