Muy rica birra, corpulenta e intensa.

Tenía esta valoración traspapelada y veo que fue un día capicúa (19-3-19) en una comida de trabajo con unos proveedores. Nos pedimos esta cerveza con unos potentes entrantes por su graduación alcohólica la cual fue tema de debate incluso. Su presentación en el botellín gris imitación de cerámica y con los elefantitas rosas también dieron de que hablar. Nos la sirvieron bastante fría (a unos 6°C) y en copa de balón.

VISUAL: Posee un bonito color caramelo con reflejos dorados. Tremenda la presencia de carbonatación en finísimas burbujas que no cesan en los 30 minutos que nos duró la copa. La espuma en tono marfil presentaba una burbuja mediana y persistencia media-alta (95).

OLFATIVA: En primer término se antoja una cerveza frutosa con aromas de manzanas asadas, albaricoque y con un puntito cítrico a corteza de naranja. También encontramos notas frescas de hinojo con un final que recuerda a cereales malteados (trigo y lúpulo) con algo de levaduras y un toque a caramelo quemado muy sutil. Buena complejidad y de intensidad media, quizás un poquito menos fría hubiera sido mejor... (88).

GUSTATIVA: En boca es donde realmente destaca. Con un ataque impactante por su carácter cítrico y alcohólico nos embelesa en el paso por boca pues es carnosa y láctea a la vez, con un carbónico maravillosamente integrado. En retronasal de nuevo aparecen aromas cítricos y de manzana con un agradable puntito de caramelo. Post-gusto largo con presencia de los malteados y con un fondo picantito, dándonos una persistencia de 2 minutos y 40 segundos en donde las notas amargas y dulzonas se equilibran de modo sublime. Y cuidado amigos!, ese inocente colorcito doradito engaña, es de las cañeras pues nos tomamos una y al final los 8.5 grados de alcohol se empezaban a notar. Muy rica birra, corpulenta e intensa, con el alcohol bien presente y a la vez muy amable, como nos gustan (94).

La RCP la considero muy buena pues pese a costar en torno a los 2.4 euros creo que los vale.

MARIDAJE: Como he comentado nos la tomamos con unos entrantes fuertes que consistieron en un T-Bone de kilo fileteado, unos calamacitos en salsa de pimienta y un variado de pescados rebozados. La verdad es que acertamos eligiendo esta potente cerveza. Con la jugosa carne fue una delicia, el puntito cítrico le fue al pelo. Y con los calamares picantitos y el pescado rebozado más de lo mismo. Maridaje sensacional, con notas malteadas y picantosas en total armonía. Gran disfrute colegas!

Salud-os!!