Nacida en 1985, la Boston Lager sigue embrujando a los consumidores de la Costa Este de EE.UU. Antes de ella, no había nada comparable en el mercado descuidado de las lagers y fue como una revelación : los frigoríficos de las cafeterías y de los restaurantes rebosaron de esta cerveza muy bien elaborada, barata y popular.

     De hermoso color cobrizo, su giste blanco, abundante, esponjoso y bastante duradero, causa una buena impresión. Desprende olores a hierbas cortadas, a toffee, a higos cocidos con toques alimonados y ahumados. De cuerpo medio pero con burbujas finas, similares a las del champán, bien equilibrada, viva, limpia y sobre todo resfrescante, perfuma la boca con notas de pan de centeno, de nueces, de pera de agua y algo de perifollo. El regusto es seco, amargo, bastante persistente. Fue bien con lonjas de salmón ahumado, bayas de enebro, patatas al vapor, salsa vinagreta y queso Morbier.

     El renacimiento de la cerveza artesana estadounidense está en su segunda generación : sería tendador olvidar esta marca revolucioniaria de los años 80, pero un catador que debe estar veraz, tiene la obligación de reconocer las virtudes de esta lager, un tipo de cerveza que era poco valorado al otro lado del charco. ( PVP : 1,60 € )