Encontramos en una cadena de supermercados esta cerveza de abadía a un buen precio y decidimos cogerla. Botellín de 330 cls de color marrón chocolate, bajito y ancho, achaparrado, al puro estilo de las cervezas belgas y preparadas para soportar la presión de segundas fermentaciones en botella. Etiqueta de color beige con grandes letras negras estilo helvético. La sacamos de la nevera y la dejamos atemperarse hasta alcanzar los 9°C. Servimos en copa de balón.
VISUAL: Espectacular color marrón-rojizo intenso con reflejos cobrizos. Espuma color tofee, persistente y de burbuja mediana (94).
OLFATIVA: Parca en nariz, aunque podemos atisbar aromas de café torrefacto, a frutos secos (nueces), con apuntes lupulosos, de levaduras y notas de caramelo quemado. Intensidad realmente baja, cuesta mucho distinguir los matices (82).
GUSTATIVA: En boca se nos antoja cremosa, con el carbónico muy bien integrado. El grado alcohólico apenas perceptible pese a su 6%. Retronasal con recuerdos de achicoria y café en grano así como apuntes de cereales malteados. Persistencia de apenas un minuto con un postgusto con sabores a regaliz. Un poco decepcionante, pues su color presagiaba algo importante, pero tanto en nariz como en boca deja que desear, falta de complejidad, intensidad y corpulencia (84).
La RCP visto lo visto y sabiendo que cuesta 1.15 euros el tercio la dejaremos en correcta.
MARIDAJE: Nos la tomamos de aperitivo acompañando un platito de aceitunas manzanilla. Buena combinación siempre los sabores vegetales intensos de las olivas con las notas malteadas y lupulosas de nuestra birrita.
Salud-os!!
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.