No le pillo el ritmo

Oro viejo con discreta turbidez y una espuma blanca sin nada especial que destacar.

Nariz de claro predominio dulzón. Melosa y cítrica con el limón bien presente. Se nota bastante la vainilla que lleva en su elaboración además de recuerdos de canela.

En boca destaca su ataque dulce, fresco y fundamentalmente "alimonado" recordando más bien a una "clarita". Me resulta rara y es que ese toque de ron que lleva me recuerda más a licores como el Cointreau o el Licor 43 y la hace diferente. Tiene poco carbónico y ningún perfil de amargos.

Botella de las transparentes que ya de por sí no me atraen demasiado.

Adquirida en supermercado por 1,25 €.

Y es que... una que es muy cervecera cuando se topa con este estilo de cervezas que no sabe muy bien como catalogar... pues como que no!