Se trata de una posada de entre tantas en Cantabria. Elegimos esta por la facilidad en las comunicaciones para iniciar excursiones y por tratarse de un pueblo tranquilo como Escalante, próximo a la Reserva Natural de las marismas de Santoña.
Casa montañesa restaurada con piedra y madera. Resulta en conjunto acogedora, más que por el edificio, por el personal que lo lleva, siempre atentos y con una sonrisa.
Dispone de 9 habitaciones. Elegimos una "suite" abuhardillada muy amplia, luminosa y muy limpia, pero con decoración un tanto discutible. Dispone de TV, DVD, conexión a internet, un minibar vacío pero que viene bien para guardar alguna que otra cosa, no tiene A/C, y un cuarto de baño tan amplio como desangelado con jacuzzi. Detalles justitos de aseo.
El desayuno no es de buffet, pero incluye algún embutido, pan con tomate, zumo de naranja, algún tipo de bollería casera, yogour natural y café. No está mal.
Por lo demás, no cuenta con ningún tipo de servicio como cafetería, restaurante o parking. Como quien dice un bed&breakfast. Por ello creemos que resulta algo carito.

Aviso a navegantes. El edificio está al borde de la carretera que va a Santoña, con bastante tráfico, por lo que puede resultar ruidosa para buena parte de las habitaciones.