Lo cierto es que el Hotel es una delicia y no defrauda ni por su ubicación, ni por su diseño.
Estuvimos encantados, pero... y ese es el problema: al margen de la estancia teníamos reservada la cena (ensalada, un plato de jamón y queso y de "plato principal" embutido de la zona que estaba muy bueno, pero embutido). Tomamos un Daniel Belda Selección (bien cuidado el servicio del vino) y antes habíamos tomado una botella de cava en la habitación.
El resumen: a los 179 euros que costaba la habitación, hay que sumarle 140 de extras, que seguro que es la tarifa (no entré a discutirlo), pero la verdad es que te deja un sabor de boca de que se han pasado en el precio.
Lo dicho: lugar precioso, hotel muy cuidado, pero sin lugar a dudas no recomiendo reservar con cena y tener mucho ojo a los extras.
Sobre todo teniendo en cuenta que, pegado al hotel hay dos restaurantes que tienen un trato exquisito, y que incluyen comida de calidad y sin pretensiones a un precio muy razonable y en concreto uno de ellos (La bodeguilla) tiene un tratamiento muy acertado con los vinos