El Hotel Rural Cervera es un edificio restaurado del siglo XVII, de estilo mudéjar en el que se han conservado las paredes principales de tapial y mampostería asi como la fachada de sillería.
Dispone de red wifi gratuita para los clientes alojados en el hotel y de un salón para lectura y/o juegos.
Servicio no precisamente simpático. Lo justito.
Las habitaciones son muy amplias y con paredes estucadas y colores atrevidos. Resultan cómodas, y al menos las exteriores luminosas. Cuartos de baño también amplios y completos, aunque la ducha, por mucho cuidado que pongas, encharca el suelo. No disponen de A/C pero si de un ventilador en el techo. En cualquier caso no es una zona de altas temperaturas, aún en verano.
Los desayunos están incluidos. Incluye café, tostadas, bizcocho casero y tortilla de patatas (el primer día reciente, muy buena; los otros dos días fría y reseca).
El único problema es el acceso nada cómodo. Hy que subir una nada despreciable pendiente que puede resultar un impedimento para personas con incapacidades.
Merece la pena el restaurante "San Gil" (tengo una ficha colgada).

El precio incluye desayuno, cama supletoria e IVA