Quería dejar pasar unos días antes de publicar mi opinión, ya que esta podría estar adulterada debido a la embriaguez de satisfacción y tranquilidad con la que salimos de El Sequer. Han pasado diez días y ya en frío os puedo decir que lo que siento ahora es una gran añoranza y una palabra… volver.
El Sequer es un homenaje al buen gusto, es perfecto para familias con dos niños, como la mía, la piscina es ideal y lo que mas nos gusto es la vista que se disfruta desde el jardín, ya que la casa esta en la parte mas alta de Benimeli, es un verdadero placer estar duchándote y viendo por la ventana el campanario de la Iglesia que queda a la misma altura.o al caer la noche mirar el cielo tumbado en la hamaca bajo millones de estrellas, disfrutando del silencio, solo roto por nuestro amigo el campanario que nos avisa que ya es hora de dormir. Otra de las cosas que hacen único a El Sequer es la tranquilidad y estando en un espacio tan abierto se agradece la intimidad , perfecto!
El entorno es como para no aburrirte, tienes un montón de alternativas, senderismo, playa, gastronomía, bodegas, pero da pena salir de la casa y al final, sobre todo si vas con niños pasas la mayor parte del tiempo allí.
Y todo esto a 60 km. de casa, tantas veces fuimos lejos y el paraíso lo teníamos al lado de casa.
Solo un detalle negativo, Jenny y Oswaldo no van “ incluidos” en la casa, nos parecieron dos personas encantadoras ,que pueden estar orgullosas de su obra y de los que no nos hubiera importado disfrutar un poco mas.
Como escribio alguien en el libro de visitas, “los buenos momentos pasan, pero…. ¿porque no repetirlos?”
Hasta pronto