En el 2004 empezamos nuestra relación con el Priorato, una región que atrapa sin remedio a todo aquél que la visita. Una comida en el restaurante El Cairat de Falset en la que conocimos a sus propietarios, Juli Mestre y su mujer Merçè, acabó con la compra de unas parcelas que los Mestre tenían en Gratallops.
A partir de entonces nos introdujimos en un mundo apasionante que fuimos descubriendo a medida que el proyecto se desarrollaba. Asesorados inicialmente por Manel Vía y posteriormente contando ya con Toni Coca como director técnico hemos podido realizar el sueño familiar de dedicarnos a la viticultura con el objetivo de elaborar, en el Priorato, región emblemática de vinos de calidad de nuestro país, unos vinos hecho con honradez y amor.
Lo que teníamos muy claro des del principio fue que nuestra relación con el Priorato tenía que venir marcada por el respeto.
Respeto por la tierra, realizando una agricultura no agresiva con el medio, trabajando siempre dentro del amparo de la agricultura ecológica para no dañar el territorio.
Respeto por el paisaje, tanto en los viñedos, conservando siempre al máximo los perfiles de las montañas y plantando en "coster" cuando es necesario, como en la bodega, que está cubierta de tierra y con una plantación por encima para que quede totalmente integrada en su entorno natural.
Respeto por el vino, manteniendo el carácter del Priorato usando las variedades autóctonas Cariñena y Garnacha y haciendo un vino con las características de este terruño (potencia, mineralidad, elegancia...) pero al mismo tiempo intentando hacerlo fácil de beber, con un tanino muy pulido y un paso por boca fresco y elegante.
Como no podría ser de otro modo, lo que buscamos por encima de todo es la calidad. Eso lo conseguimos mimando al máximo cada detalle.
Todos nuestros viñedos están situados en Gratallops, cuna y centro de los grandes vinos del Priorato. El terruño característico de la zona, la Licorella, es el responsable de que nuestras cepas tengan que alargar sus raíces a varios metros de profundidad en busca de agua, y le da a nuestros vinos el marcado carácter mineral, tan característico del Priorato.
Tras la fermentación y una larga maceración, descubamos el vino manualmente y lo prensamos con una prensa vertical, de la cual solo extraemos las primeras.
El vino se cría en barricas de roble francés durante 12 meses, y posteriormente reposa en botella otro año más.
"Lo Món", según la forma del catalán que se habla en el Priorato, significa "El Mundo". Para nosotros, cuando uno entra en la región del Priorato, tiene la sensación de estar realmente en otro mundo: un mundo de paz y serenidad, alejado de la civilización y que invita a la reflexión. El nombre hace referencia a ese pequeño mundo que es el Priorato para nosotros. En la etiqueta del vino, se aprecia un perfil de las vistas de la zona desde nuestra bodega, ese pequeño mundo en el que nace nuestro vino.
Color rojo picota de capa media. El aroma es elegante y complejo, donde dominan las notas de especias y frutas maduras, sobre todo negras. En boca, de entrada es untuoso, elegante y complejo, con unos taninos muy aterciopelados y frescos. El paso de boca es largo y generoso para acabar encontrando fruta y especias dulces al final.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.