Milsetensayseis

…la viña, en condiciones límites, casi en el punto de dejar su sitio a otros cultivos, concentra en sus raíces lo que su savia tiene de distinción y pureza

Es un proyecto de Alma Carraovejas que busca potenciar una de las zonas más singulares de la Ribera del Duero, Fuentenebro. En torno a los mil metros de altitud entre valles, peñas y hoyadas crece un viñedo ancestral de unos suelos de una extraordinaria riqueza mineral y que descubre un pasado varietal excepcional.

En Milsetentayseis se trabaja desde el respeto para expresar el terruño de una manera sostenible. Un proyecto de recuperación de viña vieja que convive con nuevas plantaciones para legar a las futuras generaciones un patrimonio vitícola único.

El Viñedo, altitud, serenidad, equilibrio

Milsetentayseis debe su nombre a su característica más diferenciadora: la altitud. En esta cota, que rodea los mil metros, convive un viñedo viejo con nuevas plantaciones. Viñas centenarias en vaso que son fuente de un material genético histórico fundamental para desarrollar un proyecto integral de rehabilitación de parcelas que devuelve el protagonismo a este paisaje de una gran tradición vitivinícola. Por el momento, se han identificado 27 varietales diferentes, una característica que habla de la enorme riqueza varietal de esta zona.

El mesoclima y la biodiversidad de Fuentenebro y sus alrededores marca el carácter distintivo de las variedades que se cultivan. A mil metros de altitud, se trabaja una viticultura de altura con grandes cambios entre el día y la noche.

Los suelos de arcilla rojiza y de texturas complejas aportan una extraordinaria riqueza mineral donde el cuarzo, feldespato y la mica son los protagonistas otorgando un carácter único a estos viñedos.

El respeto por el terruño y el ecosistema que rodea los viñedos permite un equilibrio natural. A través de una viticultura ecológica se busca preservar este patrimonio vitícola para legarlo a futuras generaciones.

Los vinos de Milsetentayseis

Los vinos son elaborados bajo una filosofía basada en potenciar la expresión máxima de la viña a través de elaboraciones por parcela, microvinificaciones, fermentaciones espontáneas y levaduras propias del viñedo con el objetivo de reflejar un paisaje singular en cada botella. 

En Milsetentayseis se elaboran dos vinos, que buscan respetar y expresar el terruño de una manera natural y sostenible: Milsetentayseis Tinto y Milsetentayseis La Peña.

Milsetentayseis Tinto es la interpretación de un entorno singular donde el viñedo se esconde entre valles, peñas y hoyadas. Un vino marcado por la elegancia. Delicado y vivo. La uva fue recolectada manualmente tras una primera selección exhaustiva de racimos en cada parcela. Posteriormente, en bodega, se realiza una doble selección: de racimo y de baya. En su elaboración, se otorga especial relevancia a la materia prima y su procedencia de tal manera que cada parcela se vinifica por separado. Se busca potenciar la máxima expresión de cada viña y suelo. Para ello, en bodega se cuenta con diferentes formatos para la vinificación: desde microvinificadores de seiscientos litros, hasta pequeñas tinas de madera, depósitos de hormigón e inoxidable, icosaedros (diamante) e, incluso, ánforas de barro. Milsetentayseis Tinto ha pasado dieciocho meses de crianza en barricas y foudres de roble francés y hormigón y doce meses de crianza en botella antes de salir al mercado.

Milsetentayseis La Peña es la recuperación de una parcela extraordinaria. Un vino con volumen, sedoso y muy complejo, con un final largo y salino. Cepas viejas que se plantaron hace cerca de cien años donde conviven diferentes variedades históricas que son sinónimo de una Ribera del Duero que se remonta siglos en el tiempo. La elaboración de Milsetentayseis La Peña está marcada por el mimo y el máximo cuidado de cada detalle durante todo el proceso. La uva, procedente de una viña extraordinaria, se elabora de forma individual para conseguir la máxima expresión de este pequeño rincón de Fuentenebro. Durante la vendimia el fruto se recogió manualmente y se transportó en cajas de doce kilogramos. En bodega, los racimos de estas cepas centenarias se prensaron suavemente para obtener la esencia más pura de cada variedad. La fermentación y crianza se realizaron durante siete meses en barricas de roble francés. Durante este tiempo permaneció en contacto con sus lías lo que ha otorgado a La Peña salinidad y complejidad.  Un vino con volumen, sedoso y muy complejo y con doce meses en botella antes de salir al mercado.

ALMA CARRAOVEJAS

Alma Carraovejas es el concepto que aúna, bajo una misma cultura corporativa, diferentes proyectos vitivinícolas y gastronómicos repartidos por toda la geografía nacional. Alma Carraovejas surge de Pago de Carraovejas, pero se desarrolla durante la historia de la bodega. Alma Carraovejas llega en 2013 a Ossian, un proyecto único de cepas prefiloxéricas de verdejo con una de las historias más largas de la península ibérica.

En 2017 nace, junto a las instalaciones de Pago de Carraovejas en Peñafiel, el nuevo Restaurante Ambivium, reconocido hoy con una Estrella Michelin, dos soles Repsol y una recientemente conseguida Estrella Verde que reconoce la labor y el trabajo por la sostenibilidad del entorno por parte de cocina, sumillería y sala. En 2018, fruto de años de trabajo en la zona, surge Milsetentayseis, el proyecto asentado en Fuentenebro. Este término es la parte sur y con más altitud de la Ribera del Duero donde se pretende reinterpretar el pasado auténtico del viñedo del municipio.