La Grecia profunda ...

       Petros Kokoromitis posee dos hectáreas y medio de olivos viejos y, a veces, comparte sus botellas de aceite con sus amigos, lo que parece constituir una costumbre griega : nos vendó algunas de ellas por mera filantropía.

       A primera vista, la botella - esbelta y espléndida, con una etiqueta negra y verde oliva - parece       como la de un aceite de lujo. De color amarillo dorado fluorescente con reflejos verdosos, bastante espeso, desprende olores fuertes a tomatería y a hierbas de matorral. En boca, domina la fruta bruta, madura e intensa, con mucho volumen. Destacan sensaciones vehementes e impresiones de energía : hay notas soprendentes que recuerdan a las almendras amargas, a las hojas crudas de alcachofa y un toquecito picante. Excelente para tomar sólo sobre una tostada de buen pan de espelta ecológico.

      A todas luces, se trata de un aceite de oliva de gran personalidad pero está reservado para un pequeño número de Griegos ilustrados, esa es la razón por la cual el producto no es regalado. 

      Extrañadamente, su aspereza no corresponde en nada al carácter del que lo elabora : el señor Kokoromitis es un hombre más bien callado, bondadoso, que no sería capaz de lastimar a un gusano. 

      ( PVP : 11 € )

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar