Nueva botella de este vino que confirma la calidad del productor y el viñedo, de 9,5 has y replantado en parte en el año 2000. De composición más caliza nos da un vino serio, mineral, largo, de gran peso y opulencia, que no hace sino ratificarnos que es un viñedo con un tremendo potencial, que únicamente necesita asentarse con el tiempo. Ya es un gran vino y lo será más. Y que nosotros lo veamos…

Dorado pálido limpio y brillante.
Nariz de buena intensidad, primaria, hay que dejar que se airee para que vaya dando matices. Es profundo y muy mineral y nos muestra con transparencia su suelo y terruño de origen. Toques balsámicos, herbáceos, de fruta de hueso y cítrica. También se advierten recuerdos ahumados y la madera todavía se nota un puntito debido a la juventud del vino. Solo necesita tiempo y aire.
En boca es un vino amplio, directo, con acidez, poderoso y equilibrado, de paso firme y graso pero siempre manteniendo frescura. Final de gran longitud, dejando recuerdos de frutos secos, frutas de hueso, ahumados y tonos amargosos. Buena persistencia. Dentro de su juventud nos muestra la gran calidad de uva que atesora.
Michel Niellon es uno de los mejores vignerons no solo de Chassagne sino de toda la Borgoña. Este 1er cru de suelos calcáreos es un vino de largo recorrido, que no recomendamos consumir ahora pues nos da la sensación de que nos estamos perdiendo mucho. A revisitar en 10 añitos, pero las sensaciones que nos ha dado han sido magníficas. Puro terroir. Unos 45 euros, no es caro para su nivel.