Vinos corrientes, vinos de supermercado, vinos de mesa... hay muchas fórmulas para aludir a los vinos baratos. Pero cuando un vino barato está de rechupete, yo no sé cómo calificarlo.
Fresco, franco, equilibrado, alcohol integrado, acidez ajustada... Garnacha pura en nariz, con frutillos maduros y mentolados, y un paladar muy agradable. Comprado por poco más de 2 euros en un hipermercado de origen francés en cuyo logotipo rojo y blanco aparece un pajarito. Cuántas veces habremos comprado vinos de calado que nos han dado ganas de echarlos por el fregadero. Tres hurras por Bodegas Aragonesas, que ya nos ha regalado otras perlas como el Solo'08, hip, hip...
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