Amarillo intenso con ribetes alimonados. Limpio y brillante.
Nariz de media intensidad y de escasa complejidad: cítricos, notas herbáceas y un ligerísimo mineral. Nada armónico.
En boca destacan el cocktel de acidez y amargor que destrozan una posible textura sedosa y otras sensaciones que no sean las herbáceas. El recorrido medio, el verdor presente y la persistencia huidiza. Insustancial.

Amarillo un tanto evolucionado. Nariz elegante, perfumado, expresivo, primera impresión mineral (canto rodado), notas florales, fruta blanca con síntomas de sobremaduración, hierbas de tocador (lavanda, espliego), almizclado, punta final especiada como de jenjibre, muy bien hecho. Boca adictiva, el vino se presenta acompañado de un elegante y sutil carbónico, fresco, envolvente, notas cítricas de complejidad (entre lima y pomelo), sabroso, muy potente, refrescante, recuerdos de té (infusión fría, hierbabuena), mucha fruta, muy largo con permanencia de los toques cítricos y frutales en boca
PVP: 7.8 euros aprox.

- Amarillo pajizo pálido con mucho brillo.
- Fruta fresca: piña, pera, albaricoque; flores blancas.
- En boca es untuoso, bien equilibrado y largo; vuelven las notas a fruta fresca.
- Esta en su punto este blanco.
- Otra vez recuerdos de Matarraña y otra vez enhorabuena a la pareja Ruth Brandestini & Hans Peter Mühlemann.

Pajizo. Aroma complejo con notas de lavanda, pera, casi dulce. En boca es lleno, con una buena acidez, goloso, con las notas caracteristicas de la viognier bien elaborada. Corregidos los desvíos sulfurosos de otras añadas.
Gracias Sr. MÜhlemann y Jordi por enseñarme la bodega, y a todos: Teruel existe.