Estábamos en un restaurante con una buena pandilla para cenar y encontramos en la carta un vino que nos llamó la atención pues estaba elaborado con la variedad de uva Bonarda, la cual nunca había probado ninguno de nosotros. Por supuesto lo pedimos. La botella se presenta estilizada, con un vidrio bastante oscuro y con una etiqueta dorada impactante. La abrimos media hora antes de la cata que realizamos a 17°C. Ahí vamos...

VISUAL: La verdad es que en la copa adquiere uno de esos colores que embelesan. Un impresionante color rojo picota negruzco, de capa muy alta con un espectacular ribete violáceo. Su lágrima es densa, abundante y transparente (96).

OLFATIVA: A copa parada nos deleita con profundos aromas frutales a compota de fresas. Al agitarlo se destapa con descaro ofreciéndonos notas de tomates secos, especiados de pimienta negra y clavo y finos herbáceos de estragón y alcaravea. Si seguimos olfateando encontramos recuerdos de frutos secos, a avellanas tostadas que se complementan con deliciosos terciarios...cuero ruso, ahumados, café torrefacto, vainilla y moka. De intensidad media-alta. Un bouquet exquisito, de una complejidad deliciosa, enorme la variedad de aromas que muestra (92).

GUSTATIVA: En boca se muestra amplio, carnoso, con buen ataque y con un suave y agradable paso por boca. Su alta acidez y los taninos casi pulidos le confieren una pétrea estructura y a la vez un carácter muy elegante. En retronasal nos regala notas de mermelada y un postgusto dulzón con notas de coco. Un vino con un potencial enorme, en clara fase ascendente, para llegar a su plenitud en 2 o tres años aproximadamente. Su persistencia es larga, muy larga, de unos 4 minutos, qué barbaridad, parece eterno.

Un vinazo que nos ha sorprendido, elaborado íntegramente con uva Bonarda y... menudo descubrimiento. Desde su espectacular color pasando por esos aromas frutales y especiados hasta llegar a esos taninos tan aterciopelados pese a su juventud, ha sido toda una experiencia sensorial. Un vino que me ha impresionado a mi y a todos los comensales. Ha habido unanimidad: Sobresaliente!! (94).

La RCP la dejo en excelente pues cuesta sobre los 12 euros en tiendas y nos encontramos ante un gran vino con mucho potencial.

Tres botellazas de este vinazo nos acompañaron en una cenorra entre amigos en el restaurante "La Parrilla de Hector" en Cuenca (Ecuador). Pedimos unos "discos" de solomillo en salsa tres quesos y dos fuentes de carne variada a la parrilla. Pese a la contundencia de las carnes el vino salió totalmente airoso del encuentro, maridó a la perfección y no se amilanó en ningún momento. Entrañable velada con música en vivo y en magnífica compañía. Otra más!!