De color rubí marronoso de capa media-baja, abierto, luminoso. Reflejos rojizos y ambarinos, brillante, con una cantidad importante de precipitados en la base de la botella. Borde anaranjado, amplio.

Aromas a vino enérgico, maduro, con una generosa presencia de hojarasca, laurel, clavo y una madera finamente tostada. Tiene un apunte térreo que va ganando en presencia, seguido de trufa y café aromático, y un fondo anisado, casi vegetal. De no ser por la etiqueta tendría más coherencia pensar que estamos ante un Cerro Añón. Este vino de primera añada tiene punch y parece que le gusta la camorra. Muy distinto al resto de vinos de esta bodega a partir de la llegada de Ezequiel García. ¿Quizás un vino elaborado por otra bodega y comercializado como Olarra? A saber...

En boca tiene menos entidad y no da tanto juego. Clásico, amplio, redondito, bien hecho, sin muchos matices pero franco de beber y sin defectos. Abundante en fruta reducida, algo dulzona (¿quizás más garnacha de lo declarado?). Parece haber traspasado ya su umbral de mejora así que no se le intuye mucho recorrido por delante. Habrá que beber todo lo que nos quede de él mientra esté así de disfrutable. Ya hay quien propone hacer un guiso de liebre a la royal...

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/12/olarra-1970-reserva.html