Blog de Eugenio Saenz

Mosela, ¿el gran río vinícola?

Hace poco tiempo hablábamos del Loira como uno de nuestros ríos vinícolas preferidos. Pero claro está que no es el único y que alrededor de otros grandes ríos como el Duero, el Ródano, el Po o el Rhin,tenemos varias de los vinos  y viñedos más fascinantes del mundo. Hoy vamos a hablar de este último río, o mejor dicho, de uno de sus afluentes, el Mosela.

El Mosela es quizá algo más que un río, es una región entera constituida por la cuenca de otros tres, el propio Mosela, el Saar y el Ruwer. Se trata de la cuarta región alemana por extensión y cuenta con unas 12.000 has. Gran parte del viñedo se encuentra en pendientes mayores a un 15% de desnivel y en un altitud entre 100 y 285 metros, de hecho hay viñedos situados en grandes pendientes, casi inaccesibles, lo cual casi imposibilita la mecanización del mismo. Algo más de la mitad de la uva plantada es riesling, aunque también hay un porcentaje de Müller-Thurgau (21%) y de Elbling (9%).

En esta zona la riesling encuentra sus condiciones casi ideales de cultivo, ya que las paredes con orientación sur protegen los viñedos de los vientos fríos. Los suelos de pizarra se calientan con rapidez y mantienen el calor durante la noche, además la cercanía del río ayuda a regular esas temperaturas. Son todas esas sumas de factores las que permiten madurar la uva en unas latitudes en las que de otro modo sería imposible. Además, es precisamente esa lenta maduración la que permite que se alcance ese equilibrio organoléptico y sobre todo esa fabulosa acidez que permite que los vinos de esta zona sean tan lineales, definidos y en casi todos los casos, longevos. De igual modo suelen producirse neblinas matutinas en el valle, lo cual favorece el desarrollo de la botrytis, algo clave para la producción de los legendarios vinos dulces de la zona.

El Mosel (Mosela en castellano) nace en Francia en el extremo sur de la Alsacia. No comienzan a verse los mejores cultivos de riesling hasta la localidad de Trier, en el Mosela medio. Habrá unas 500 propiedades en la zona, de las cuales 60 tienen gran trascendencia. En el área de Bereich Bernkastel se elaboran los vinos prototípicos de la zona, con una enorme carga mineral. Aquí se encuentran algunos de los viñedos más importantes como Sonnenurhr (en Wehlen y Zeltingen), Juffer-Sonnenuhr, Apotheke, Doktor o Goldtröpfchen.  Algo más abajo se encuentra otra gran zona como es Bereich Zell. En Coblenza se encuentran las terrazas de Winningen, en la zona conocida como Mosel Terrassen, con viñedos de la entidad de Uhlen o Röttgen.

El Saar (Sarre en castellano), es un afluente del Mosela que se une a éste en Konz, cerca de Trier. Los grandes viñedos se localizan en valles y colinas de la vertiente opuesta al río. El suelo es algo menos uniforme, con presencia de elementos pedregosos, lo que disminuye su capacidad de retención del calor. La altitud media es algo mayor, lo cual implica unas temperaturas medias más bajas, por tanto los vinos de esta zona suelen alcanzar un mayor grado de equilibrio en las añadas más cálidas. Como viñedo más destacable tenemos el mítico Scharzhofberg, cuya orientación sur y suelo erosionado por pizarra del período devónico, en combinación con las extremas variaciones de temperaturas y las viejísimas viñas, produce unos  vinos que presentan una complejidad y una capacidad de envejecer casi sin igual.

En cuanto al Ruwer, se trata de un arroyo que se une al Mosel un poco más abajo de Trier. Se encuentra posicionado entre el Mosel y el Saar, con los viñedos situados algo más bajos que en éste y mejor protegidos, algo que facilita la maduración de las uvas. Los mejores viñedos son los de Grünhauser Abtsberg, Kaseler Nies’chen y Lorenz-hofer Felsay. Suelen ser vinos de gran acidez y un marcado carácter frutal,que los diferencian de sus vecinos del Sarre. 

En nuestra opinión los grandes vinos de la zona son los semidulces  (Kabinett y Spätlese) y los dulces, en especial los soberbios Auslese-GK, que en caso de los mejores productores pueden tener una calidad similar a la de los grandes y escasísimos superdulces (BA, TBA). También se producen cuando se dan las condiciones climatológicas necesarias los Eiswein o vinos de hielo, vinos a veces muy mitificados, pero que en los mejores casos atesoran una calidad sobresaliente. En la zona del Mosela superior, en las terrazas se producen igualmente vinos secos de gran estructura y personalidad, aunque este tipo de vinos se elaboran igualmente en toda la zona.

Si hablamos hoy del Mosela como nuestro río vinícola fetiche es porque hace unos días catamos ocho vinos de la zona con al amigo y experto Luis Gutiérrez en la UEC, vinos y productores con distribución en España y que ahora vamos a repasar.

Heymann-Löwenstein Schifierterrassen 2007

Reinhart Löwenstein es un auténtico “loco” de las parcelas y dirige la bodega desde 1992, habiendo conseguido desde entonces una gran reputación. Su especialidad son los vinos secos que proceden de 12 Has de parcelas en las terrazas enormemente inclinadas del Dosel, con especial mención a las de Uhlen, de pizarras azules y Röttgen, de pizarras blandas, ambas del Devónico.  El clima es algo más cálido que la media en la zona, lo cual facilita la maduración.

Su estilo es algo distinto al habitual en el Mosela  y cierto es que no gusta a todo el mundo por igual. A nosotros sus vinos secos nos parecen muy interesantes, algo menos los dulces, siempre sellados por un estilo diferente y personal. Este estilo se advierte a la perfección en su vino básico, procedente de 9 parcelas distintas y que en la añada 2007 está poderoso y pleno, todavía mostrando aristas, pero ofreciéndonos de lleno el estilo y la forma de vinificar de este productor. Su cumbre es sin duda el Uhlen “R”, uno de los grandes riesling secos que podemos probar, un vino de enorme carga de terruño.

Reichgraf Von Kesselsttatt Palais 2006

Productor prolífico, que ofrece una importante gama de vinos secos y dulces de algunos de los viñedos más importantes. Sin estar entre los más grandes, lo cierto es que la calidad de sus vinificaciones nos va convenciendo año tras año, considerándolo en estos momentos como un productor puntero. Sus grandes vinos son los procedentes de su monopole Josephshöfer y del mítico Scahzhofberger, en especial las calidades Spätlese, Auslese y Auslese-GK.  También realiza excelentes vinificaciones del Kaseler Nies’chen. La familia está establecida desde 1349 y posee unas 36 has.

Su vino seco básico es este Palais, que en una añada un tanto irregular para este tipo de vinos como 2006, se muestra algo maduro, algo menos fresco de lo que uno espera de estos vinos. No es ni mucho menos un vino que haga justicia al buen nivel de este productor.

Dr Loosen Bernkasteler Lay Kabinett 2008

Enrst Loosen es la cabeza de una bodega que cuenta con una trayectoria de 200 años.  Basa su trabajo en sus excelentes viñedos, algunos muy viejos y que conservan sus raíces originales. Sus mejores pagos son los de Sonnenuhr en Wehlen, con pizarras azules y grises, Würzgarten en Urzig, con tierra volcánica rojiza y Erden, Treppchen y Prälat.

Aquí nos encontramos con un Kabinett de un viñedo de Bernkastel, de la reciente añada 2008. Se trata de lo que uno espera de un Kabinett del Mosela, un vino etéreo, fino, mineral, encantador, uno de esos vinos ligeros pero a la vez llenos de frescura y sensaciones de terroir. Joven todavía, necesita de un cierto descanso en botella o de una importante aireación, pero ya nos va mostrando todas esas características que hacen que nos gusten tanto los vinos de esta zona.

Fritz Haag Juffer-Sonnenuhr Spätlese 2007

Palabras mayores. La familia Haag trabaja en la zona desde 1605 y la bodega está dirigida por Oliver Haag, quien tiene la responsabilidad de continuar el trabajo desarrollado por el gran Wilhelm, su padre. Trabajo milimétrico en viña y bodega son sus secretos, además de poseer la mejor parte del viñedo Juffer-Sonnenuhr, uno de los grandes de la zona, cuyos desniveles alcanzan el 80%. Los vinos dulces de este pago y productor están entre los más reputados de Alemania y sobre todo lo son por su elegancia y distinción.

Y en la magnífica añada 2007, este enorme Spätlese no desmerece en absoluto. A pesar de su innegable juventud ya nos muestra esa redondez y esa enorme clase que siempre esperamos de este vino, uno de nuestros favoritos y que no dejamos de beber año tras año. Sin duda uno de los vinos imprescindibles cuando hablamos del Mosela.

Egon Müller Scharzhofberger Spätlese 2007

Si hablamos de la unión de una familia y un viñedo, el caso de Müller y Scharzhofberger es  uno de los más destacables en el mundo. La finca está en manos de la familia desde el siglo XVIII y se trata de una parcela de 7 has en el mítico viñedo del Sarre. Solo se elaboran vinos dulces, cuyas vertientes más escasas y concentradas suelen ser los vinos más caros del mundo en origen. La calidad de los vinos de este productor es mítica y responde siempre a las expectativas, aunque son vinos que, en nuestra experiencia, requieren de una estancia en botella más prolongada que en otros productores para alcanzar su plenitud.

Su Spätlese es un vino terroríficamente equilibrado, con una trasparencia de terruño realmente asombrosa, además de un balance entre dulzor y acidez que roza la perfección y un final con una persistencia que hace salivar. El problema es que estando tan joven el vino te dice poquísimas cosas comparado con las que dirá en 10 años. Hace unos días pudimos comprobarlo con un impresionante Kabinett del 98 y lo cierto es que este Spätlese 2007 tiene toda la pinta de envejecer con grandeza para las próximas décadas. Nuestro consejo: guarden y esperen, no se arrepentirán.

Maximin Grünhauser Abtsberg Auslese 2005

Pequeña y fabulosa propiedad del Ruwer, que maneja unas 34 has de viñedos. Carl Von Schubert es sin duda uno de los nombres más importantes y prestigiosos en la zona, con excelentes vinos tanto en calidades dulces como secas.  Sus viñedos más importantes se clasifican respetando la jerarquía monacal de la época y así son Abtsberg, Herrenberg y Bruderberg. El pago Abtsberg (montaña de los Abades), es sin duda su gran viñedo y de él se elaboran algunos de los grandes vinos de toda Alemania.

Este Auslese es un claro ejemplo de ello, siendo un vino enorme y pletórico, con un casi inmejorable balance entre dulzor y acidez. El hecho de proceder de una añada más bien cálida hace que sea un vino bastante accesible en estos momentos, mucho más de lo habitualmente previsible, un vino ciertamente encantador, de esos que no puedes cansarte de beber por su casi perfecto equilibrio. Un Auslese que esos que, además por su precio, recomendamos con los ojos cerrados. Sin duda el vino más placentero de la cata para consumir ahora.

JJ Prüm Wehlener Sonnenuhr Auslese 1999

Un grande. La familia lleva establecida en la zona desde 1156, aunque la bodega procede de 1911. Manfred Prüm es sin duda uno de los viticultores más polémicos de Alemania, pues sus vinos suelen ser muy irregulares en sus fases iniciales, necesitan de años para ir mitigando sus toques reductivos y la importante carga de sulforoso que presentan. Sin embargo, la capacidad de envejecimiento de sus vinos es legendaria y más que probada, incluso podemos considerar que cuanto más tarde se consuman, mejor. Sus viñedos más importantes son los de Sonnenuhr en Wehlen y Zeltin y Himmelreich en Graach.

Ya al filo de los 10 años de botella, sus mejores vinos comienzan a entrar en fase de consumo, aunque en este caso se hace necesaria una importante aireación. Pero la pureza que muestran es realmente increíble, además de la trasparencia y definición que ofrecen. Este 99 va camino de ser como el igualmente soberbio 94, solo necesita de un tiempo más de botella, aunque ya puede comenzar a disfrutarse. Vino de disfrute, vino para recrearse.

Grans Fassian Aphoteke Auslese-GK 1997

Este productor destaca por el más que aceptable nivel de sus vinos, con el añadido de unos precios muy ajustados por lo general. Establecida en 1624, maneja unas 10 has de viñedo y sus pagos más reputados son Apotheke en Trittemheim y Goldtröpfchen en Piesport y Hofberger en Dhron. Este Auslese-GK procede de su viñedo más representativo, con suelos de pizarra negro-azulada. El productor añade además una clasificación de sus vinos por estrellas, que complica sin duda algo más la ya de por sí difícil lectura de las etiquetas alemanas.

En este caso y a diferencia de su grandísimo 90, este no tiene estrellas (aquel tenía 3) y eso se nota. Se nota bastante porque siendo un muy bien vino, un perfecto ejemplo de Auslese maduro, no tiene la grandeza que nos transmitía ese 90, y tampoco se acerca ni por casualidad al impresionante cinco estrellas del 2001. Pero aún así y a pesar de que pensamos que no es un vino para estar catalogado como GK, sí que resulta recomendable por su precio más que ajustado y por su calidad que desde luego, está a la altura. Y además no es fácil encontrar rieslings maduros para su compra.

Bien, pues como podemos ver se trató de una cata más que interesante y que refleja la calidad y categoría de los productores establecidos en la cuenca de este río y sus afluentes, y eso que nos hemos dejado en el tintero otros productores legendarios como Reinhold Haart, Willy Schaefer, Selbach-Oster, Dr Thanisch o Forstmeister Geltz-Zillikien. Lo dicho, nuestro río vinícola preferido. Ojala algún día podamos contemplarlo in situ…

Un saludo,

Eugenio Sáenz de Miera Arnau

(EuSaenz)

(*) La fotografía del meandro en el río y el gráfico con el mapa de la zona han sido extraídas de la página www.msr-wein.de

  1. #1

    oscar

    Si no pasa nada raro el mes que viene me voy con la familia para esas tierras, justo en el centro, a visitar a mi enólogo (y amigo) Alexander Barzen y a probar sus 2009: ¿te apuntas?

    Bonito resumen Eugenio, me has afilado los dientes, esta noche tocará descorchar algo serio en honor a este post.

    Un abrazo.

    OG

  2. #2

    EuSaenz

    en respuesta a oscar
    Ver mensaje de oscar

    Me encantaría, de verdad, los viajes son mi asignatura pendiente y desde luego que no es porque no me gusten...

    Dame detalles por mail privado y hablamos, aunque el mes que viene es Vinoble e igual dos salidas van a ser demasiado para mi bolsillo…

    En cualquier caso, dame detalles y te digo algo.

    Saludos,
    Eugenio.

  3. #3

    in vino veritas

    Hola Eugenio ¿a qué te refieres exactamente cuando usas el adjetivo de vinos "lineales"?

    te lo he leido en un par de articulos, el de Barolos "clasicos" y éste y no acabo de aclararme.

    saludos

  4. #4

    EuSaenz

    en respuesta a in vino veritas
    Ver mensaje de in vino veritas

    Para mí un vino lineal es aquel que en boca es capaz de mantenerte una tensión desde el ataque hasta el final, como una larga línea recta que no se desvía para nada. El que te mantiene alerta durante todo el trago y en ningún momento queda desvirtuado por ningún tipo de hundimiento. Esto es algo que me ocurre con los mejores vinos del Mosela, que disfrazados por un traje aparentemente ligero luego son capaces de obsequiarte con esa característica.

    Quizá no sea un término de lo más ortodoxo, pero bueno, a mí me vale … ;-)

    Saludos,
    Eugenio.


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