Q de Barella: Precisión milimetrica con desborde de sensibilidad
Hacia bastante tiempo que no iba este restaurante. Mucho tiempo , demasiado , a la vista de lo que comimos. Comida a mediodia , con notable afluencia de gente. pedimos el menu larqo que consistió en .
Pan soplado con tomate y boquerón:
Excelente conjunción de sabores y de texturas. Muerdes el boquerón , rompes el pan y aparece la salinidad del pescado que se mezcla con la acidez del tomate. Textura
Ostra al Ceviche
Ostra de buen tamaño y de sabor alto. El ceviche aporta el contrapunto justo a la potencia de la ostra. No resta sabor , lo aumenta si cabe , pero el final es Frescura
Atún con guacamole y panceta de cerdo
Atún perfecto en sabor y en contenido graso, la panceta con toque ahumado profundo y largo, el guacamole ligero y nada pastoso. En la boca rueda de sabores con marcada sensación ahumada al final. Dados los ingredientes , a priori, es difícil que este plato no quede empalagoso. Nada mas lejos , ligereza , melosidad y firmeza. Sorpresa
Cocochas de bacalao con espuma de coliflor y ajo negro
Perfecta la cocción de las cocochas, suavidad en la espuma. Otra vez , un carrusel de sabor, la cococha manda al principio , luego emerge suavemente, de menos a mas , la coliflor y acaba con un punto picante del ajo. Todo con suavidad . Elegancia
Corvina con chop suey y romescu
Otra vez cocción perfecta del pescado. En su punto de firmeza y de sabor. El caldo lo envuelve , casi lo protege y sirve como introductor del sabor del mar, el cual se mezcla con el oriental y el toque final de la romescu. Delicadeza
Costillas glaseadas con remolacha
Crujientes por fuera , melosas hasta mas allá del infinito en la boca. Se deshace la carne al entra en contacto con la boca y te llena de sabor. Demostración absoluta de lo maravillosas que pueden ser las costillas si se tratan con maestria. Muchas horas de cocción deben de llevar para este resultado . Melosidad
Sorbete de yogurt con pepino y setas
Sorbete en punto no sobresaliente , de matrícula. Su textura más se parece a un helado italiano autentico que a otra cosa. Sabor del yogurt muy equilibrado y una enorme frescura la que aporta el pepino. Cumple la misma función que la ostra, prepara las papilas para el resto. Grandeza
Torrija con helado de canela
Conjunción, conjunción, y más conjunción. No sé si el helado acompaña a la torrija o la torrija acompaña al helado. Dulzura justa con aporte de la especie milimétrica. Lo dicho, Conjunción…..
Buen pan, excelente el cafe y buena preparacion de Gin Tonic.
Servicio de la sala al mismo nivel que la comida. Atento, diligente , rapido, eficaz y profesionalidad a raudales. Nos taendió una camarera argentina y un camarero que rayaron a gran altura
Conocí la cocina de Enrique Barella en el Alto de Colon. Más tarde había venido a su restaurante en dos ocasiones. Sin discutir jamás su capacidad técnica y sus conocimientos , tengo que decir que , si bien siempre comí bien , siempre encontré aristas (mayores o menores). Hasta ésta comida no tuve la sensación de una redondez total en su cocina. Pero , esta vez si que la he tenido. Absoluta redondez. Y no es fácil, nada fácil su planteamiento. Apuesta muy fuerte cuando combina sabores y texturas que , si no están perfectos , pueden derrumbar su obra. Analizando sus platos , además de un excelente trato , prácticamente perfecto, a la materia prima, una constante se repite : Su reto arriesgado en la unión de los ingredientes .Por ejemplo, en el plato del Atún la posibilidad de , que si no se tiene la idea clarísima y la capacidad técnica para ejecutarla , el plato acabe siendo pesado o empalagoso es altísima. O en la corvina , se corre el riesgo de que , al final, el sabor oriental fagocite al pescado , o que, en el postre, el pepino pueda al yogurt en su particular lucha de sabor. Nada de eso ocurre, con precisión de neurocirujano, todos los platos se adornan de una enorme delicadeza y finura (otra de sus constantes) y , lo que todavía tiene más mérito , el sabor se mantiene en un listón alto. No hay alarde de potencia , ni de explosividad y , sin embargo , los sabores están presentes y son duraderos en la boca. Hay despliegue masivo de técnica , de sutileza y de refinamiento. Se enfrenta al comensal sin estridencia, pero con una sensibilidad que es imposible que deje indiferente. Se intuye muchas horas, muchas pruebas, mucho trabajo , pero el resultado es , además de sorprendente, magnifico y apabullante por todos los recursos que se demuestran.
Marca una vía absolutamente personal y diferenciada del resto. Si el camino que ha marcado lo sigue con los mismos mimbres , para mí , hará un cesto único y diferente. Un cesto que , sin ningún género de dudas , merecerá ser comprado…. Con personalidad, con determinación, con profesionalidad , y sobre todo, con precisión milimétrica , hoy me ha quedado claro el pedazo de cocinero que es Enrique Barella........
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Es un pedazo restaurante, a mi también me gusta mucho, este verano fui tres veces y no sé motivo por el cual no he vuelto hasta ahora. Me has recordado que tengo que volver.
No sé si has tenido oportunidad de probar algún plato de anguila de Q, es un maestro en su tratamiento.
Abrazos
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Recuerdo en una ocasión que mi acompañante dijo: "estas carrilleras tienen que tener algún truco". Al rato salió el cocinero y dijo: "si lo tienen. Muchísimas horas de trabajo. Ese es su truco". A veces un alimento en apariencia simple puede llegar a ser un manjar en manos de ciertos maestros.
La torrija con helado es un postre que me tiene "loco", creo que es comparable al huevo a baja temperatura. Si hay calidad y arte, nunca aburren. Estupenda experiencia. Un abrazo -
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en respuesta a G-M. Ver mensaje de G-M. Es verdad que lo es. No he probado la anguila. A ver si hay suerte y la proxima vez esta en el menu
Un abrazo -
en respuesta a kopicki Ver mensaje de kopicki Trmendo plato . Todos fueron tremendos. La camarera de 10
Un saludo -
en respuesta a Gastiola Ver mensaje de Gastiola Absolutamente de acuerdo contigo maestro. Esa es la magia : Alimento simple trasformado en un lujo
Coincido, una vez mas contigo en lo de la torrija y en lo del huevo
Un abrazo -
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en respuesta a Compartir Mesa Ver mensaje de Compartir Mesa Tomé un día un "civet de anguila" que me pareció algo exquisito. Qué potencia, brutal. Es de esos platos que no le gustan a todo el mundo por su peculiar y marcado sabor, penetrante y punto empalagante. La angula cocinada en su sangre. Fffuá. Imagina.
A la vez siguiente que fui, había otra preparación de anguila, pero más contenida. Es que esos platos como el civet que te comentaba en un degus, es jugársela, no le va a gustar ni al 50% de los comensales. De hecho, en mi mesa, sólo le gustó al 50%...
;-)
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Una cocina que como bien dices, ha ganado en profundidad, en estructura y en armonía.
Está en perfecta madurez.
Buen disfrute -
en respuesta a G-M. Ver mensaje de G-M. Pues a ver si hay suerte y la próxima vez hay anguila y la podemos probar :-). Creo que estoy dentro del 50% que les gustaría...
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en respuesta a Abreunvinito Ver mensaje de Abreunvinito Buena definición Diego la de perfecta madurez.
Un saludo -
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en respuesta a Charlyjar Ver mensaje de Charlyjar Te lo recomiendo sin duda. Espero que disfrutes como yo lo hice
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en respuesta a Compartir Mesa Ver mensaje de Compartir Mesa No.
Estás seguro entre el 5%... que le apasionaría.
;-)