Abierta en 1910 y por tanto con una larga trayectoria a sus espaldas. Son la cuarta generación de la familia Torres que se dedica al negocio, y eso siempre suele ser una garantía. Al lado de la fonda abrieron en 1986 un nuevo espacio, el restaurante Torres Petit, que de hecho se anuncia aquí en Verema. La crítica no se la he puesto a éste último porque considero que son ambientes y cocinas muy diferentes. Habrá que ir un día a probarlo.

Después de visitar el Mercado Medieval de Vic (muy recomendable) fuimos a comer a Manlleu para poder comer con tranquilidad y sin aglomeraciones. Rosa y yo tomamos el menú del día consistente en entrante, 2 platos y postre (11'30€) y Marta tomó un menú más corto que incluía entrante plato y postre (8'20€). De entrantes pedimos zumo de tomate (había la opción de ensalada o crema de calabacín, pero en vista de la consistencia de los platos optamos por algo ligerito). De primero yo tomé garbanzos y col con botifarra negra, muy buenos. Rosa se pidió una tortilla de patata y bacalao que también probé y estaba bien rica y Marta Se tomó unos canelones de la iaia Pepeta, riquísimos. Como segundo Rosa y yo pedimos paella marinera, muy bien de sabor aunque un pelín caldosa para mi gusto, soy de arroz más seco cuando se trata de paella. De postres la peque se tomó un buen trozo de pastel de chocolate (no lo probé pero en vista de lo que le sobró debía estar bueno), y Rosa y yo flan de requesón, correcto. Para beber agua y copa de vino de la casa, correcto. Copas más que decentes, en vista de lo que uno se suele encontrar por ahí. Para acabar un par de cortados, buenos.

En definitiva, buena opción para tomar el menú del día si se está por la zona. Las raciones son generosas, así que más vale ir con hambre ;)