Última visita después de cuatro experiencias a este restaurante de cocina thai que tanto me ha gustado. Si que debo añadir al comentario anterior que según me comentó el maitre, algunos de sus platos son de fusión: especialmente cocinas Thai y Medio Oriente con presentaciones muy cuidadas.

Los mismos detalles de siempre.

Cena para una persona:

- Satay Koong: Magníficos langostinos esta vez ensartados individual y longitudinalmente en un pincho y asados sobre una parrilla. Servidos con una salsa algo "calentita" de chile y cacahuetes. Los he probado varias veces y me resultan de calidad medio alta, por su textura y sabor.

- Pad Tai Koong: Noodles de arroz salteados con langostinos, brotes de soja y cacahuetes. Estos platos me resultan especialmente sabrosos. Lo pedí con un nivel medio de picante y lo clavaron para mi gusto.

- Ice Cream Tord: Lo escogí de forma arbitraria de la carta sin saber exactamente lo que era. Bingo !!!. Después de verlo muchas veces en cartas de asiáticos, nunca lo había probado: helado de vainilla frito y cubierto de frutos secos picaditos y coco rallado. Magnífico resultado. El sabor del helado nítido a vainilla.

Solo tomé agua esta vez.

Precio total: 36€ (inc. servicio, tasas, dos cervezas a 6.50€ y una botella grande de agua a 2.50€)

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con tasas y servicio incluidos y sin bebidas.

Grande este restaurante Thai en el lujoso hotel Semiramis Intercontinental. Ambiente muy acogedor, con música de fondo que no molesta y con luz tenue creando una atmósfera íntima. Servicio atento y con ganas de agradar. Las mesas para dos personas quizás demasiado juntas si lo comparamos con el generoso espacio entre las mesas de cuatro o más comensales.

Carta de clara vocación tradicional Thai pero con algunos detalles modernos no solo en la elaboración sino en la cuidadosa presentación de los platos. También se incluye algún que otro plato de Indonesia y Malasia, además de una amplia oferta de sushis elaborados al momento.

Como detalle de la casa, un cóctel muy refrescante que lamento no recordar, y unos crujientes habituales en la cocina asiática con una salsa agridulce como no había probado nunca.

Cena para uno solo:

- Plato de Niguiris personalizado con 2 piezas de maguro (atún), 2 piezas de ebi (gamba) y 2 piezas de unagui (anguila). Bueno el de gamba y espectacular el de anguila (ahumada y ligeramente pasada por la plancha).

- Koong Sai Mai: Unos soberbios langostinos marinados en hierbas tailandesas y fritos en abundante aceite y enrollados en una especie de madeja de hilos de pasta muy crujientes (konafa). Se sirve con una excelente salsa de soja con frutos secos muy picaditos. Original presentación dentro del hueco de dos cañas de bambú.

- Neua Paad Prik Tai Dam: Trozos de ternera salteados con diversas verduras y servidos con una salsa de pimienta negra y chile. Se sirve picante pero a unos niveles aceptables. Muy bueno.

- Sakhoo Kati: En el hueco de medio melón, perlas de tapioca (pulpa de la yuca), trocitos de melón dulce y leche de coco. Se sirvió templado, lo que me pareció muy acertado. Excelente postre además de original presentación.

En la sobremesa me pusieron unas galletas de coco sin historia.

No puedo opinar sobre el servicio del vino pues solo tomé un par de cervezas Stella y no pude observar su servicio en otras mesas.

Precio total: 65€ (inc. servicio, tasas, dos cervezas a 6.50€ y una botella grande de agua a 2.50€)

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con tasas y servicio incluidos y sin bebidas.