Restaurante bastante correcto con buenas brasas con la peculiaridad de que la cocina esta vista al publico, en cuanto a la comida; los entrantes bastante correctos pero se podira mejorar bastante la presentacion, los segundos generosos y cuidados. Lo unico que no nos gusto fue que en el comedor de arriba se nota bastante las subidas y bajadas de los camareros por la escalera de madera.
Buen restaurante, pero inferior a lera, que se encuentra a pocos metros. Muy bueno el lechazo y el postre de la abuelita. La carta de vinos correcta. Buena relación calidad/precio
Es un establecimiento muy moderno, con cocina abierta y visible por todos, todo en acero inoxidable. El patrón Emilio es atentivo al cliente, con cariño por su obra y la pasión del vino y de la buena cena.
Buena fue: calidad en el plato, una cocina resolumente moderna, en su presentación tanto como en su composición. Me recuerde de los "Espárragos verdes en tempura con alioli" , el "Foie mi-cuit con compota de manzana, los "Escalopines de solomillo rellenos de foie", y el enorme "Chuleton de buey a la brasa" de la Silva Negre (Alemania), cortado en pequenos filetes para acabarlos en un teja caliente...
Los vinos? Todo los vinos de Toro, hemos pedido un vino de "Quinta de la Quietud" y un "Viñalcasta"
Exelente.
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