El restaurante Araceli ha pasado a ser sombra de lo que fue. He visitado este restaurante varias veces durante los últimos diez años, celebré mi boda en uno de sus salones, y sin embargo ya casi nada me recuerda el esplendor de los pasados años.
Su clientela decadente y malhumorada recuerda a la vieja aristocracia, la edad media ha pasado a superar la cincuentena. No es un lugar recomendable para ir con bebés o niños, no disponen de tronas lo que refuerza la tesis del selecto club de mayores, la altanería de los maitres no ayuda a sentirse cómodo salvo que seas conocido terrateniente de la zona. Por contra de lo que se pueda imaginar, la calidad de la comida no ha decaído, sin embargo sí se nota un leve descenso de la cantidad en los platos. Uno de los momentos mas desconcertantes llega a la hora de saldar la cuenta, diez camareros mas tres maitres libres y un minuto de espera por cada uno de ellos para conseguir hacerte visible. Llama especialmente la atención las reverencias rodilla en tierra del personal en la despedida a la clientela habitual (pienso que tal cantidad desproporcianada de camareros debe seguir siendo rentable por esa veintena de clientes selectos y esos precios desorbitados e ignorantes de la crisis actual). Pese a ser un sábado se nota la caída de clientela presente años atrás, mas que la crisis (que en estos tiempos hace de Araceli un restaurante poco competitivo y atractivo en la relación precio-calidad) la atención del personal no está a la altura de la estrella Michelin que tan orgullosamente muestran a la entrada al local.

Atención: 4 sobre 10
Comida: 5 sobre 10
Calidad: 6 sobre 10
Precio: 4 sobre 10

Puntuación: 4 sobre 10, apuesta arriesgada

Un clasico en la zona. siempre muy corercto y hasta la bandera. vino duratón 2003 (d.o castilla y leon) rcp excelente - 14eur. cordero, pescados, matanza, riñones, todo a un nivel muy alto , servicio muy atento y correcto y mesas sin agobios.

Flojo. Lo mejor la ensalada de foie. El cordero insípido y poco hecho. Los postres en la misma línea, nada destacable. El servicio correcto a pesar de estar lleno. Buena carta de vinos y precios ajustados aunque no hay servicio de vino. De los restaurantes que han ido a menos.

Voy con bastante frecuecia por que vivo cerca. Los fines de semana se pone imposible, pero entre semana tanto el ambiente como el trato y la comida son excelentes. Especialmente agradable en las noches de verano cuando abren la bóbeda del salón principal. La comida tiene un nivel notable de calidad y excelente de calidad precio. Gran variedad, pero aléjate de lo sofisticado, lo suyo es lo natural. En cuanto al vino, es verdad que si no lo pides te sirven en un vaso horrible, pero no tienes más que pedir las copas. La bodega es ámplia y si queréis un buen consejo vinícola preguntar por Pascual, es un asíduo de catas y concursos. Para terminar probar el hojadre (bien Canutillos o Milhojas de crema), merecen la pena.

Entorno aceptable con mesas amplias, aunque ví alguna zona algo apretada. Carta amplia y variada, en los entrantes destaco las anchoas de santoña y las croquetas de cigala, aunque a estas ultimas no les vendría mal un poco más de cremosidad. Las carnes correctas, el pesacado (rape de roca) algo insipido aún con el esfuerzo del kilo de ajo que le pusieron. Carta de vinos completa y variada. El servicio de vino podría mejorar, pero esta a la altura. El servicio de sala algo atropellado, dos veces hubo que insistir en que no retirasen platos que aún no habiamos terminado. 4 pax. 190.-€ (Domino de Valdepusa CS-02 22.-€)

El caserón de Araceli es un restaurante de los que no necesitan publicidad, calidad y buen trato le afaman desde hace años. La arquitectura, de estilo rustico resulta muy agradable, y su decoración interior es básica y acogedora en la misma linea. El trato, siempre educado y amable, no tiene tacha alguna más que la que genera la masificación de los fines de semana o fechas señaladas, pero siempre será bien recibido aunque sean altas horas de la noche.La calidad y la frescura en sus productos es intachable, y es casi seguro la cualidad que ha generado el renombre y buena fama de este ya afamado no restaurante, sino grupo (sus fincas de celebraciones y bodas se han hecho un hueco importante entrea las fincas más famosas de madrid) entre los que se encuentran ’El Figón de Raúl’ donde se pueden degustar exquisitos arroces y pescados.
En resumen diría que es un sitio especial y muy agradable donde degustar platos bien presentados, de buena calidad, en cantidad justa, siempre acompañado de uno de sus maravillosos vinos (aunque en este punto les hace falta incluir un buen somilier en plantilla) que te servirán en copas de vino (no en duralex como he leído en algúna opinión). Es recomendable reservar, y de postre recomiendo una delicia ’brick de mandarina’.

El entorno y el sitio te animan a entrar a un restaurante como este, el edificio te encandila en cuanto lo ves , y sobre todo iluminado de noche.
El servicio es muy bueno , aunque si es verdad que el servicio del vino es bajo teniendo en cuenta la importancia que tiene el vino en este restaurante.
La comida excelente, aconsejo de entrantes habitas y un plato de Jamón, cualquier ensalada de primero o unos carabineros es buena elección y de segundo un buen solomillo.

Por trabajar cerca acudo de vez en cuando, y hay que diferenciar que a diario el servicio y el ambiente es bastante bueno, pero que llegado el fin de semana se llena y cambia por completo. La comida es de buena calidad pero el servicio del vino no existe, además de tener precios elevados.

Tiene un ambiente rústico pero muy bien cuidado. Sólo he ido una vez pero comimos muy bien, la ensalada de foie deliciosa y la carne muy buena. Se come muy a gusto.

He estado varias veces y no he comido mal, pero esta vez ha sido un completo fracaso, ibamos dos personas y pedimos de segundo perdiz estofada y perdiz escabechada, estaban malisimas, las dejamos enteras y no preguntaron si queriamos otra cosa.
El vino que me ofrecieron no estaba mal ( Valdelosfrailes de Cigales) pero estaba a temperatura ambiente, tuvimos que pedir que lo enfriasen un poco, tambien pedimos que nos lo sirvieran en copas, ya que suelen utilizar vasos de duralex.
En fin, hay que poner mas interes en muchos detalles.