Local con diferentes estancias, acogedor, con actividades anexas al restaurante.
La comida bien, no elegimos menú degustación, nos decidimos por unas entradas a las que ellos añaden 2 tapas y un segundo cada uno, raciones generosas, bien presentadas y cocinadas.
Carta de vinos extensa, buen servicio a cargo de Oscar, te asesora bien.
El servicio, el sumiller (oscar) estupendamente con prisas y miedo a estar hablando sobre vinos mas tiempo ¿del permitido?, da la sensación que no gusta que se entretenga en la mesa, cuando un cliente solicita información sobre los vinos que va a consumir, se le debe de dedicar un tiempo, en la sala muy bien (atendidos por Belén) siempre atenta, al Maître le considero responsable de las prisas del sumiller, cuando en la parte de abajo solo estaban tres mesas ocupadas.
Tampoco me gusto el precio, el vino alto (merece conocer la bodega que es excelsa)y la comida con precios elevados en un local de reciente apertura, aun tiene que demostrar cosas aun con la fama de Madrigal, no quiero pensar que el precio es elevado por que en el se incluyen las distintas actividades que no disfrutamos, estoy con Aris, falta ese punto para que te entregues totalmente.

Ayer tuve la oportunidad de ir a cenar en este famoso restaurante, famoso por las actividades de Casa de Palacios, famoso por su Chef Andrés Madrigal y famoso por su diseño.
Ayer la oferta se resumía a un menu degustación (75 euros + IVA) con pequeñas tapas, platos de cucharras, y platos un poco mas consistentes. No os preocupeís nadie sale con hambre despues de esta degustación de pescado mezclado con carne, frutas, especias y verduras.
Los platos estan bien presentados, el servicio esta atento y profesional, pero falta algo para que me quede totalmente contento de pagar 100 euros/ persona con el vino.
A lo mejor le faltan cosas mas atrevidas, o mas sorprendentes o una mejor materia prima o ambas. La carta de vino es interesante con 100 tintos Españoles, 100 Blancos Españoles y 100 vinos extranjeros, los precios estan bastante subido de precio, es una pena pero cabe la posibilidad de pedir algunos vinos por copa. Pedimos un Salia de Sandoval muy sencillo pero bien hecho y agradable.
En conclusión este nuevo sitio es interesante pero tendré que volver para saber si me acaba de convencer o no.

Es la nueva apuesta de Andrés Madrigal, está en la Calle Atocha, pero como no te fijes en el número sigues de largo pues está en unos soportales, fuímos de noche tiene varias puertas y el lugar es precioso, se ha traído al sumiller que tenía anteriormente con él en Balzac, no confundir con el actual José María Marrón, si bien éste no sirve las mesas, las sirve un discípulo con interés y bastantes carencias y torpezas, no te dejan el corcho en ninguna botella,la carta es muy escasa si bien tiene vinos extranjeros aparte de los nacionales de los que tiene muchas referencias. En la actualidad solo sirve un menú degustación que lo hace armonizado con un menú musical muy original.