Un acierto es seguir las recomendaciones de verema (sobre todo de foreros consolidados, y que coincidan con tus gustos), gracias a los anteriores comentarios di con este restaurante y hacia tiempo que no salía tan satisfecho. Sitio amplio, con su propi aparcamiento, una pequeña sala de espera a la entrada (donde te puedes tomar algo mientras esperas), cocina a la vista y un única sala sin separaciones. Mesas, coperio, y decoración notables...Nos decantamos por el menú degustación (algo que hago siempre que tienen y voy a un lugar desconocido), acompañado por un blanco de ribera sacra, la carta de vinos me pareció más que correcta y a unos precios razonables (últimamente beber vino fuera de casa se esta conviertiendo en un lujo inasumible). Servicio atento y profesional (con pequeños detalles a mejorar pero bien en general). Comida con una presentación espectacular y un sabor que no desentona, si a todo esto le unes una buena RCP, hacen de Manuel Bistró un lugar a tener en cuenta

Gran atención y profesionalidad en un local de decoración vanguardista.

Nos decantamos por platos tradicionales de la zona, excelentemente presentados, deliciosos pero a mi parecer cantidades excesivas e innecesarias.

Después de la visita a José María Prieto de Régoa, gran viticultor y bodeguero y mejor persona, nos fuimos a comer en Monforte de Lemos. Aconsejados y dirigidos por el propio José María llegamos a este restaurante con perfil moderno. Mucho blanco y negro y mobiliario moderno. Mesas de madera bien vestidas con manteles de hilo y copas Stoltze de buen cristal

Nos decidimos por un menú de picoteo variado que incluía lo siguiente:
- Empanada de la casa. Una empanada con chorizo con un sabor como las de hace tiempo
- Caldo de castañas. Un consomé de castañas que, teniendo en cuenta el día frío que hacía, resultó magnífico, eso sí, más castañas que consomé.
- Tabla variada de quesos (4 tipos) y embutido (salchichón y chorizo caseros). Quesos de tetilla, cabra fresco, San Simón ahumado y otro que no recuerdo junto con unos trozos de salchichón y chorizo caseros de los que ya no se encuentran en ningún sitio.
- Pulpo á feira. Pulpo de un calibre no demasiado grande pero perfecto de punto.
- Vieira. Hecha con cebolla pochada y jamón.
- Mejillones al vapor. Una buena fuente de mejillones simplemente pasados por la olla y con un uen punto.
- Postres: bica de la zona, estupenda, otro bizcocho del que no recuerdo el nombre y filloa rellena de crema con una reducción que no recuerdo.

Para acompañar el ágape tomamos Régoa 2008 que cumplió las expectativas con creces.

Por último, con los cafés, nos trajeron a la mesa tanto crema de orujo como licor café para que nosotros mismos nos sirviéramos lo que nos apeteciese. Además, el jefe de cocina nos trajo para probar un vino dulce de castañas (María Castaña).

En resumen un sitio muy recomendable si, como en nuestro caso, hacéis una escapada por la Ribeira Sacra. Agradecerle a José María de Régoa la recomendación y al personal del restaurante el magnífico trato.