Visita en sábado para comer, con Toledo repleto de gente. Tras un par de intentos por encontrar donde comer un grupo amplio, encontramos mesa en Kumera. Los comedores se encuentran en las plantas de abajo, teniendo que subir y bajar varias escaleras. Local bonito y agradable.
Para comenzar nos pusieron un aperitivo de queso, aunque luego te encuentras la sorpresa de que te le cobran en la cuenta.
Para comer pedimos dos entrantes para compartir entre cada cuatro y un segundo. En mi caso los entrantes fueron unas croquetas variadas (buenas) y unos huevos rotos con jamón (un poco secos para mi gusto).
De segundo comí cordero asado con patatas (bueno, pero las raciones bastante escasas), también probé la presa ibérica (muy hecha, seca y ración escasa.
De postre tome frutos rojos, chocolate blanco y migas de brownie (el nombre prometía, pero no me convenció mucho).
Para beber, agua, alguna cerveza y dos botellas de Otus, de quinta de aves. El vino bueno y a precio correcto.
La relación calidad precio la encuentro mala, ya que no tomamos cafe, solo tres postres de doce comensales, cantidad de comida escasa, y salimos a 35 € por cabeza.
Comentar respecto al precio, que nos cobraron el aperitivo, que cobraron 1,5 € por cada trozo de pan, y un 10% del total en concepto de servio de mesa. En mi opinión personal, prefiero que me incrementen el precio en los platos y no llevarte estas sorpresas finales.