Aconsejados por un compañero del trabajo que es de Cardona fuimos ayer a comer a este restaurante. Y no nos decepcionó. Cocina sin complicaciones, con buenos productos y elaborada con mimo. Comimos 4 adultos y dos niños (muy buena la botifarra con patatas fritas caseras, no dejaron ni rastro los peques). Yo de primero me pedí unas patatas enmascaradas (patatas trinchadas con botifarra negra) con cansalada del cuello a la brasa de encina. Estaban buenísimas, una delicia. La otra pareja se pidió una sopa de cebolla que tuve la suerte de probar porque también estaba muy buena. De segundo perdiz estofada con setas. Buenísima. Me la comí toda y eso que la ración era de campeonato. Y me zampé 2 cestillos de pan con la salsa, jeje. Rosa se pidió un rissotto de ajos tiernos y setas que también probé, rico y sabroso. De postre, quizás la parte mas floja de la carta (pocas opciones), me pedí un coulant de chocolate negro con helado de vainilla, bueno. Para beber pedimos el vino recomendado, un Llavors 2009 DO Empordà que nos gustó bastante. La carta bastante corta pero con referencias interesantes. Copas de calidad (Rona, si no me equivoco). El servicio del vino se limita al servicio de la primera copa. El servicio en general muy bien, amable y atento, siempre con una sonrisa que se agradece. El local es precioso. El nombre del restaurante lo toma de una prensa de aceite antigua que tienen a la entrada. El restaurante está situado en una casa pairal documentada des de el año 1637, como se indica en su web. De hecho tienen también habitaciones de turismo rural. El comedor es una pasada, realmente lo tienen muy bien arreglado. Mobiliario muy cómodo y bastante espacio entre las mesas.

Resumiendo, un nuevo restaurante a tener en cuenta cuando uno está por la zona. Sólo llevan un año en funcionamiento y la cosa pinta realmente bien.