Eramos un grupo de seis, y para empezar pedimos varias cosas para picar, unas croquetas caseras (normalitas, no entusiasmaron), jamón ibérico (ración correcta, bueno, porque es jamón ibérico, pero los hemos comido mejores), provoleta (bastante bueno)y ya no recuerdo si había algo mas.

De segundos, cada cual pidió carne, una carta amplia de platos argentinos y algunos de la tierra, yo me decanté por un secreto ibérico, cocinado como yo lo pedí, con una patata al horno con un all i oli fino, muy gustoso, realmente bueno.

Los vinos, muy caros (como ejemplo, Abadia Retuerta Selección especial, +30€), una carta mas o menos correcta en cuanto a referencias y variedad, pedimos un Dido, pero se les había acabado, finalmente, no recuerdo el vino que pedimos, era un Montsant, la primera botella a temperatura (hicimos hincapié en eso) pero la segunda botella, ya no dijimos nada y vino pasado de temperatura.
En fin, todo lo que rodea al vino, mejorable.

No pedimos postre.

El servicio en general correcto, depende de quien te atienda, pone mas dedicación, la entrada un poco estrecha, con mesas a un lado de la pared, por lo que estás en pleno pasillo, mas al fondo se amplifica.
Ambiente agradable, mantelería, vajilla y demás entorno, tirando a moderno.

Restaurante argentino, agradable y con buen servicio. Eramos 4 optamos por picar unos entrantes y acabar con carne. Los entrantes fueron una provoleta, bien; matambre bien y unos chorizos criollos, sabrosos.

Los cuatro pedimos un buen ojo de bife.

Buena carta de vino y con algunos a buen precio. Bebimos un Terras Gauda para los entrantes (a 20 euros) y un Mauro VS 2005 (a 61 euros)

De postre sólo nos animamos dos y fuimos a por las torrijas de brioche, acompañadas de un helado de queso de cabra, buenas. Además nosotros las acompañamos de una copa de Pedro Ximénez y otra de un moscatel de Utiel Requena.

Buen cafe

Precio por persona (vinos incluidos) 63,5 euros