Situada en lo que parece ser la milla de oro (a pocos minutos de la Piazza Maggiore) de las trattorias de Bolonia, puerta con puerta con Serguei, y a pocos metros de La Montanara o Del Nero, ampliamente recomendadas por guías, excursionistas y conserjes, de no encontrar sitio en una, cuesta poco intentarlo en la siguiente, que viene bien cuando como en nuestro caso, fuimos rebotadando de una a otra, hasta que nos hicieron sitio en ella, que tratándose de un jueves noche, resulta extraño, aunque teniendo en cuenta lo reducido en dimensiones de todas ellas, no lo es tanto.

Poco puedo comentar del local, ya que no entré en ningún momento, nos alojaron en una pequeña mesa en la terraza, y ahí nos hicieron esperar un buen rato hasta que sirvieron los entrantes a compartir tales como embutidos diversos y caprese (ensalada de mozzarella y tomate), un rato de espera más, y sirvieron los segundos, en mi caso un solomillo de ternera -es lo que parecía el corte, que aunque sin estar mal, no era el más tierno que he comido en mi vida- a la Voronoff (a la mostaza), la salsa estaba francamente buena, otro de los comensale spidió el mismo corte pero a la mostaza (16€ en ambos casos), otro cotelette, y el cuarto no lo recuerdo.

Servicio a la italiana, carta de vinos corta y cara, servido el vino en copas de juguete, aunque viendo las dimensiones de la mesa, casi se agradece ( :·/ )

Total 100 € de 4 personas, cobrando servicio (creo que 12 €), dos cervezas (de 2/3) y 1 botella de vino mediocre que no recuerdo (13 €), 3 entrantes a compartir, y los segundos citados, no se nada come mal, aun yendo de antipastos en una trattoria.