El plato refractario para hacerte tu la carne (donde, además te la tienes que comer, por lo que el último bocado esta totalmente cocido) no es, de ninguna manera, la forma de degustar una buena carne que, desde mi punto de vista, no me parece para nada excepcional, como aquí vierten otros comentarios.

El servicio correcto, pero nada del otro mundo, nos tocó el típico camarero irónico sin gracia.

El ambiente bien, la carta de vinos muy justito.

De todos modos entiendo que es un sitio con buena RCP. Pero vamos, justito.

Estuve hace tiempo (la fecha es aproximada). Me gustó bastante este restaurante. Carne de buey, que es la especialidad y motivo principal para visitar este local, para hacértela a tu gusto a la piedra, en platos individuales. Entrantes interesantes, buen jamón, buen foie. Servicio del vino correcto: tomamos Pago de Capellanes a temperatura correcta. Buena relación calidad-precio. De los que apetece volver.

Hay que ir a loque se va a comer carne este es el sitio adecuado buena calidad y tu mismo le das el punto,buenos entrantes y el postre otro dia no hay sitio para mas el vino correcto pocas referencias buen precio

Este lugar es conocido por la carne de buey a la piedra.

Pero ATENCIÓN....los entrantes son GLORIOSOS.

Ese pastel de puerros, esos entrantes con langostinos, ese jamon. MADRE MÍA.

Ese hojaldre con fresa y merengue.... MADRE MIA...

Asador tipico y tradicional con manteles a cuadros. Variedad e imaginación en los entrantes y, como su propio nombre indica, buen lomo de buey a la brasa. El servicio es atentisimo y extremadamente profesional y agradable. Las copas son de Borgoña de cristal más que aceptable. Un magnifico sitio para comer bien y pasar un rato ameno con un solo pero, la carta de vinos es demasiado corta en referencias y solo tienen Riberas y Riojas.