Dos comensales. Hemos comido de menú, y creo que bastante bueno. Entre las opciones hemos tomado de primero un gazpacho andaluz y de segundo un arroz seco de col ajitos y cotillas. De postre zumo de naranja recién exprimido. Para beber, agua, y copa de vino y una cerveza La Socarrada.
Para terminar cafes.
En cuanto al local, me ha gustado mucho, muy agradable, y con delicatessen que puedes comprar.

Comida familiar de Domingo post-fallero en Deli_rant, recomendado por mi hermana. Hay pocas buenas opciones para comer un Domingo en Valencia. Restaurante innovador, que combina un espacio de tienda gourmet con el del propio restaurante.

Personalmente me recuerda al concepto de Casa Marquet en Andorra, con sus diferencias, pero mismo espíritu.

Comimos 4 personas el "(a)típico menú fallero" (única opción ese día) a 20 euros más IVA por persona, vino y cafés aparte. Aparte del agua ("free charge"), de beber, un tinto Predicador, muy agradable de tomar.

El servicio agrabable, con buen ritmo y sin esperas inncesarias, aunque hay queb decir que estábamos prácticamente solos en el resturante.

El servicio del vino limitado al descorche y botella puesta en la mesa. Un poco subido de temperatura. Lo comentamos y, sin ningún problema, nos pusieron hielo para atemperarlo. Original carta de vinos con buenas referencias. Carta confeccionada con el asesoramiento de Teresa Almeida (de Envinarte).

De comer, una picada "de gratis", consistente en palomitas de maíz especiadas. Curiosas. También se deja para compartir aceite con diferentes sales.

Al centro , cuantro entrantes que elejimos de entre las opciones del menú: Hummus de tramussos (muy buen sabor y refrescante); torrija con jamón (original versión del pan con tomate, donde el pan era de torrija pero bañado en tomate); tubos de rabo de toro (el que menos gustó, quizás por el sabor contundente, pero estaban bien ejecutados y con buena materia prima); y patatas bravas con tres salsas (wasabi rebajado, all i oli y tomate picante). Muy buenas. Cantidades correctas en todos los entrantes.

En cuanto a los segundos: Bacalao con gratén de all i oli (bueno, pero no tan original como otros platos); chipirinos con romescu (ídem que el anterior), paella valenciana (realmente muy buena, pero tampoco demasiado original) y hamburguesa de paella (plato realmente innovador donde la carhe picada de la hamburguesa esta pasada por el caldo de paella de conejo y verduras). Este último plato de sabor y presentación muy original, acompañado de un ketchup de romero y limón igualmente atípico.

Postres: buñuelos caseros con chocolate "negrísimo". Francamente buenos. Masa delicada y nada aceitosa. Muy buen chocolate. También flan de chufa (muy bueno) y coca de horchata con chufa (presentación estilo pudding y de muy buen sabor).

Tomamos café que sirven con azúcar tradicional y también con azúcar de naranja, de violeta, de vainilla y de canela. Cometí el error de tomar el café con el azúcar de violeta, por probar algo original, y me mató el sabor del café. Quizás estos azúcares sirvan bien en postres, pero no en cafés (bajo mi punto de vista).

Invitación a copas de mistela.

Nos enseñaron la carta "normal" donde aparecen propuestas sugerentes, así como el menú de diario a buen precio y también con llamativas combinaciones. Dispone de una amplia y original carta de cervezas. Nos prometimos volver para probar tanto carta como menú en otras ocasiones.

Como aviso para navegantes, preguntamos también al dueño si mantendrían abiertos los Domingos, pero parece que no va a ser así. Lástima. Creo que el único restaurante de mi top ten que abre en Domingo de manera regular es La Pitanza. Y es de alabar ese esfuerzo de Hugo y su equipo para todos aquellos que somos urbanitas, trabajamos muchos Sábados y nos queda sólo el Domingo como reducto de placer gastronómico con la familia. En fin, así son los tiempos.

Al salir aprovechamos para comprar algunas cervezas de la tienda y un azúcar (para postres, no para nuestros cafés).

En definitiva, una iniciativa original, con cocina creativa y muy bien ejecutada. Correctas raciones (odio los sitios donde la cocina es creativa pero sales con hambre). No es el caso. A mejorar el servicio del vino. No puedo concluir una opinión sobre la sonoridad del local y el servicio en "hora punta" al estar prácticamente solos durante la comida.

Descubrimos hace algún tiempo este restaurante con pretensiones acogedoras y satisfactoriamente conseguidas.
El ambiente te transporta a otro lugar, su color neutro, su madera, su iluminación regulable para complacer al comensal, te evoca una imagen nórdica y cálida a la vez.
La creatividad en los platos y en los productos y la imaginación en la presentación, se agradece en exceso, ya que nunca debemos olvidar que estamos hablando de un espacio dónde puedes comer perfectamente por 20,00€, vino incluido. (En nuestro caso un Viña Izadi).
El local consigue envolverte de tal manera, que terminas, como yo, con una crítica más que positiva y repitiendo, pese a que en el momento has detectado una mala insonorización y poco esmero en el servicio del vino.
Lugar más que recomendable para una comida entresemana con amigos, dónde puedes quedar muy bien por poco dinero, además tus acompañantes te agradecerán que les descubras nuevos espacios como este.

Nuevo local abierto en diciembre en Valencia, donde parece que no se note la crisis por las últimas aperturas de restaurantes. Situado entre la calle La Paz y la Plaza del Patriarca, algo escondido la verdad.

De entrada comentaros que es tienda delicatessen-restaurante por lo que tiene un amplio horario que te permite desayunar, comer, tapear informalmente o cenar. Diseño moderno, combinando el negro con el blanco y la madera, muy buena la iluminación. A la entrada está la tienda, una pequeña barra para tapear y 4 mesas. Hacia dentro tiene una sala bastante amplia con más mesas. Buena acústica y música de Jazz de fondo sonando Miles Davis.

Llegamos sobre las 8.30 y no había nadie por lo que ocupamos mesa dispuestos a picar algo. La carta no es muy amplia y se distribuye en tapas (4e),platos de cuchara o ensalada(8e) y platos principales.

Todo lo que tomamos estaba bueno, a saber: Ceviche de verduras y vieira, torta del casar con crema catalana, huevo poche con patatitas y falso nigiri de sepia con risotto y calamar. Lo platos muy buen presentados. De postre tomamos un flan de setas contundente y muy original.

En cuanto a la carta de vinos es cortita pero con referencias interesantes, puedes tomar vino por copas (yo tome dos de Pago del Vicario Penta a 3e) y cavas, además tiene carta de cervezas.

Dispone de un menú a mediodía a 14e y otro degustación por la noche a 30e. La tienda tiene "vituallas" interesantes y el servicio es desenfadado con ganas de agradar, se nota que estan empezando.

En resumen un local muy tranquilo y agradable donde pasar una velada interesante al que habrá que volver para valorar sus menús.